Desde la Asociación Profesional de Guardas del Medio Natural del Principado de Asturias (AGUMNPA), asistimos con indignación al enésimo episodio de incendios intencionados e incontrolados que ha sufrido nuestra región. No ha sido necesario más que un periodo de ausencia de precipitaciones, vientos favorables y altas temperaturas para que salte la chispa. Pero dado que no ha habido episodios de rayo, descargas de tendidos eléctricos, que no se han originado en vertederos o al lado del ferrocarril, o los han producido maquinaria trabajando en el monte, hay que concluir que la chispa de donde salta es de la mano humana.
Leemos comentarios en la prensa tales como que “las altas temperaturas y el viento provocan numerosos incendios”, “la simultaneidad y nocturnidad hacen pensar que los incendios pueden ser provocados”, “no se puede criminalizar a un sector como causante de los incendios” y otros titulares similares que lejos de clarificar la verdadera situación parecen aumentar la confusión al respecto de la opinión pública.
El pasado miércoles día 8, los titulares en la prensa regional era que próximamente se va a modificar la Ley 3/2004 de Montes, eliminando los acotados al pastoreo en las zonas incendiadas y que las denuncias y procedimientos sancionadores por esta razón quedarán anulados. Incluso que los terrenos podrán ser utilizados para las ayudas PAC. En definitiva, quemar el monte, siempre y cuando no te cojan, saldrá gratis. Dicho y hecho. Dos días después, en la enésima oleada de incendios, el fuego recorre Asturias. Más de 200 en dos días y hasta 70 simultáneos, hacen creer que algo está sucediendo. Que no es fruto de la casualidad y nos preguntamos que intención esconden quienes los provocan.
Entretanto, en el Parlamento Regional los representantes políticos elegidos por los ciudadanos que deben velar por el funcionamiento del Estado de Derecho, proponen, casi por aclamación, la modificación de la Ley de Montes para suprimir una medida destinada a favorecer la recuperación de los terrenos incendiados, como es el acotamiento al pastoreo.
Al hilo de la modificación de esta Ley en la Junta General han comparecido en comisiones informativas desde Técnico del Servicio de Montes, profesionales del ámbito forestal, Agentes del Medio Natural, Investigadores de la Universidad, entidades ecologistas, sindicatos agrarios y ganaderos. Todos salvo el sector ganadero y los propios partidos políticos promotores de la modificación, incidieron en la importancia de mantener los acotamientos, al menos los primeros años tras el incendio para evitar daños mayores producidos por la erosión y la consecuente degradación del suelo. Al margen, la medida tiene un importante efecto disuasorio sobre los posibles causantes de los incendios, habida cuenta de que la mayor parte de los incendios se vinculan a la actividad ganadera, efecto este que desaparecerá si se aprueba la modificación propuesta. Mucho nos tememos que el cambio de tendencia se ha empezado a manifestar en los incendios de la pasada semana.
Desde AGUMNPA entendemos que si que se tiene que modificar la Ley de Montes, pero en otro sentido, esto es, en la línea de nuestras comunidades vecinas como Galicia, que también sufren la lacra de los incendios. los terrenos incendiados deberían de quedar automáticamente acotados desde el momento del incendio que es cuando el suelo es más vulnerable y sensible a la erosión.
Esperemos que se imponga la sensatez en los diferentes grupos políticos. Todavía estamos a tiempo de evitar cometer un error que van a pagar nuestros montes y nuestros hijos. Y, por descontado, nosotros mismos.
