Con este objetivos, el pasado martes 19 de abril la comisión parlamentaria de Asuntos Económicos y Monetarios apoyó un paquete legislativo que introduce sanciones más duras, con la  introducción de más de 2.000 enmiendas a las seis propuestas legislativas sobre gobernanza económica planteadas por la Comisión Europea.

Los eurodiputados se inclinan por reforzar el papel supervisor de la Comisión, recortando el margen de maniobra de los Estados miembros, y consideran que los países que traten de "maquillar" sus datos deberán hacer frente a una multa por el valor del 0,5 por ciento de su PIB.

También proponen sanciones por no hacer frente a desequilibrios macroeconómicos, por un valor inicial del 0,1% del PIB, que podría aumentar hasta el 0,3% si se desoyen repetidamente las recomendaciones que se le hayan realizado. Por otra parte, las votaciones en las que el Consejo imponga depósitos y multas deberán ser públicas, excepto en situaciones de crisis.

Los eurodiputados piden asimismo a la Comisión que permita a los Estados miembros seguir realizando inversiones que podrían ser beneficiosas a largo plazo para la salud de su economía, y muestran su preocupación porque, a su juicio, el crecimiento y el empleo se han quedado al margen de las medidas adoptadas recientemente. Los textos aprobados también muestran su apoyo al semestre europeo.

Dos razones complementarias

Para el Parlamento Europeo el diagnóstico es claro: la crisis económica azotó a la UE con tanta dureza por dos razones fundamentales y complementarias: el temerario nivel de gasto de los gobiernos y los desequilibrios económicos.

Como ejemplo de lo primero, se presenta el caso de Grecia, donde el gobierno gastó demasiado en financiar servicios sociales y otras inversiones: más de lo que recaudaba a través de los impuestos. Se acumularon los déficits, se pidieron préstamos bancarios... hasta que las entidades fueron conscientes de que el elevado nivel de endeudamiento hacía muy probable que el préstamo no fuera devuelto, y cerraron el grifo. En este punto, tiene que intervenir la Unión Europea con préstamos de emergencia.

En cuanto a los desequilibrios económicos, otro ejemplo: mientras que países como Alemania tienen amplios excedentes comerciales, otros como Portugal, presentan déficits igualmente amplios. Esto supone que los Estados deficitarios "cogen prestado" de los que no lo son. Y no es una práctica exclusiva de los gobiernos, sino también del sector privado; de este modo se han financiado burbujas inmobiliarias como la española o la irlandesa. Cuando explota la burbuja tienen que intervenir los gobiernos para rescatar a los bancos, con el resultado de una elevada deuda pública... y de nuevo tiene que intervenir la Unión Europea con un préstamo de emergencia.

Seis posibles soluciones

Para rectificar la situación, las comisiones del Parlamento Europeo realizan seis propuestas: cuatro relacionadas con la deuda pública (reforzando  el Pacto de Estabilidad y Crecimiento), y otras dos en las que se introduce por primera vez y sistema de seguimiento de los desequilibrios macroeconómicos. Todas ellas forman el llamado paquete legislativo sobre gobernanza económica.

Para reforzar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, el PE apuesta por controlar el nivel de deuda pública, que no debe superar el sesenta por ciento del PIB. En caso de que esté por encima, el gobierno tendrá que tomar medidas para reducirlo en una media del cinco por ciento anual durante tres años. Además, se modifica el sistema de voto de las sanciones imponibles, con lo que éstas se introducirán de manera prácticamente automática una vez se hayan propuesto.

Asimismo, se reforzará el seguimiento de los indicadores de desequilibrios, aunque aún no se ha decidido qué indicadores concretos se tendrán en cuenta. También se aplicarán sanciones en caso de incumplimiento de las recomendaciones encaminadas a reducir los desequilibrios.