Los menores de 15 años son los más afectados, aunque las peores complicaciones se esperan en la población anciana
Hasta el pasado día 11 se habían vacunado 169.791 personas, lo que implica una cobertura del 50% entre los mayores de 65 años
La campaña de inmunización continuará activa en todos los centros de salud hasta el 30 de diciembre
Asturias.-La onda epidémica estacional de la gripe continúa su fase ascendente por cuarta semana consecutiva, con una tasa de incidencia de 437,1 casos por cada 100.000 habitantes, que duplica la de la semana anterior. La afectación aumenta en todos los grupos de edad, si bien los menores de 15 años siguen registrando las mayores tasas, como es habitual. También se detecta una repercusión significativa en las personas mayores, que se relaciona con el tipo de virus predominante esta temporada. La situación se considera de intensidad media y difusión epidémica.
Según el comportamiento habitual de las ondas epidémicas, se espera que la incidencia continúe aumentando en las próximas semanas hasta alcanzar el máximo a finales de año y, previsiblemente, iniciar el descenso en enero. No obstante, las previsiones deben tomarse con precaución, ya que la enfermedad es poco predecible y su extensión puede estar condicionada por factores como la meteorología.
Hasta ahora se han notificado 36 casos graves hospitalizados en trece comunidades, diez de ellos en Asturias. Se trata mayoritariamente de personas que superan los 65 años y en el 64% de los casos son varones.
Sanidad recuerda que la vacunación, que se puede realizar hasta el 30 de diciembre en todos los centros de salud, es la mejor medida para evitar las complicaciones de la enfermedad y prevenir la mortalidad. Hasta el pasado día 11, se habían inmunizado 169.791 personas, con una cobertura próxima al 50% entre los mayores de 65.
Asturias sigue siendo la única comunidad en la que se detecta una difusión epidémica. En el resto del territorio, la actividad es local, como es el caso de Baleares y Cataluña, nula o esporádica.
La gripe es generalmente una enfermedad benigna de alta incidencia que produce sobre todo síntomas respiratorios. Está causada por un virus y se contagia muy fácilmente, ya que se transmite de persona a persona principalmente al hablar, toser o estornudar y por gotas de saliva o secreciones nasales que pueden quedarse en las manos, en otras superficies o dispersas en el aire.
El tratamiento más adecuado consiste en aliviar los síntomas (fiebre, dolores musculares, malestar general, tos, dolor de cabeza, congestión nasal, estornudos o dolor de garganta) con analgésicos y antitérmicos. En la mayor parte de los casos, la enfermedad se cura sola con las medidas habituales: beber abundantes líquidos (agua, zumos…) y utilizar medicamentos como el paracetamol, según las recomendaciones de los profesionales sanitarios, hasta recuperarse.
Los buenos hábitos ayudan a disminuir la transmisión del virus y constituyen la acción más efectiva para protegerse y proteger a los demás. Es muy importante evitar el contagio, especialmente al toser o estornudar, para lo que se recomienda:
- Utilizar pañuelos de papel para taparse la boca y la nariz. Si no se dispone de pañuelo de papel, se debe hacer sobre la manga de la ropa (en el hueco del codo) para evitar contaminar las manos.
- Tirar los pañuelos de papel después de utilizarlos.
- Lavarse a menudo las manos con agua y jabón.
- Ventilar los espacios cerrados.
- Limpiar con frecuencia las superficies que se tocan con las manos como los pomos de las puertas, los interruptores, etcétera.