• Se ha establecido un campamento de resistencia y se han bloqueado las instalaciones para impedir a Gas Natural Fenosa que siga dañando Doñana
Greenpeace ha comenzado a primera hora de la mañana una acción de protesta en las instalaciones de Gas Natural Fenosa en el entorno de Doñana. Una veintena de activistas de Greenpeace han empezado a paralizar las obras para extraer y almacenar gas en este espacio protegido, bajo los lemas #SalvemosDoñana y #ResistenciaDoñana. Greenpeace ha montado un campamento de resistencia a la entrada de la instalación con activistas bloqueados y con una gran pancarta en la que se lee “Doñana no es un almacén de gas”. Además, escaladores de la organización han montado otro campamento en lo alto de una de las estructuras en la zona del proyecto.
El proyecto de Gas Natural Fenosa autorizado por el Gobierno central en el Espacio Natural de Doñana pone en riesgo la biodiversidad y el futuro de este lugar protegido. Y viene precedido por casos como el del almacén subterráneo Castor en Castellón que produjo más de 500 terremotos y una indemnización con dinero público a la empresa de casi 1.400 millones de euros. Además, supone seguir apostando por un modelo energético basado en combustibles fósiles que alimentan el cambio climático.
“Greenpeace ha empezado a paralizar las obras que Gas Natural Fenosa está realizando para transformar Doñana en un almacén de gas dado que ni el Gobierno central ni la Junta de Andalucía han tenido suficiente voluntad política para detener este inaceptable proyecto”, ha declarado Julio Barea, responsable de campaña de Greenpeace. “Gas Natural Fenosa sabe que este proyecto es insostenible y parece que lo único que busca son los 358 millones de euros de reclamación por responsabilidad patrimonial si la Administración paraliza sus obras”, ha añadido.
Para lograr estas autorizaciones, la empresa dividió en cuatro los proyectos, para así disminuir aparentemente los impactos ambientales. Con esta argucia, Gas Natural Fenosa ha obtenido del anterior Gobierno en funciones la declaración de utilidad pública a sus pretensiones, algo inaceptable dado la importancia de los daños que se puedan causar al lugar.
Greenpeace considera que el proyecto de extracción y almacenamiento de gas en Doñana debe detenerse porque (1):
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Afecta al espacio protegido de Doñana y a su fauna emblemática, puesto que altera y fragmenta el hábitat de la misma
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Es un impedimento para el cumplimiento del Acuerdo de París, pues sigue con la apuesta a los combustibles fósiles
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No se ha realizado una Evaluación Ambiental adecuada al partir en cuatro el proyecto
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Cede terreno público para uso privado a una empresa con ex políticos implicados en la concesión de los permisos
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Supone una grave desigualdad de trato con los habitantes de la zona al dar privilegios a Gas Natural Fenosa
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Pone en riesgo de contaminación el acuífero 27 de Doñana del que se abastece la población local
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Representa un peligro de sismicidad inducida al igual que sucedió en el almacén de gas Castor en Castellón
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Se están dilapidando fondos concedidos hace décadas, por el Estado y Bruselas, para la conservación de Doñana y su entorno
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El almacenamiento de gas es un negocio arriesgado ya que se trata de una inversión muy cara cuya rentabilidad se basa en un supuesto fuerte aumento de la demanda de gas nacional y europea, que no corresponde con la realidad
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Las fugas y vertidos, inherentes a los proyectos de extracción y almacenamiento de gas, suponen riesgo de explosiones que ponen en peligro a los habitantes de la zona
Por eso, Greenpeace pide tanto al Gobierno central como la Junta de Andalucía activar inmediatamente, y en el marco de sus competencias, las acciones políticas y jurídicas necesarias para detener el proyecto de Gas Natural Fenosa en Doñana. Igualmente, pide a la empresa que abandone el proyecto de extraer y almacenar gas en el espacio natural de Doñana y de renunciar a solicitar cualquier reclamación de responsabilidad patrimonial a las administraciones, la cual finalmente terminaría pagando la ciudadanía.
“Desde Greenpeace nos oponemos a esta búsqueda a toda costa de hidrocarburos y más si supone perforar en espacios protegidos de alto valor como es el Parque Nacional de Doñana. Por eso vamos a hacer lo que sea necesario para detener las prospecciones y exigir el cambio a un nuevo modelo 100% renovable, eficiente, inteligente y en manos de la ciudadanía”, ha añadido Sara Pizzinato, responsable de la campaña de Energías Renovables de Greenpeace.