La ministra de Defensa, Carme Chacón, ha presentado hoy al Consejo de Ministros un informe sobre el desarrollo actual de las operaciones militares en Libia, que la Alianza está llevando a cabo. Durante su intervención, la ministra también ha expuesto el balance de la participación española en el despliegue militar internacional.
Antecedentes
El 17 de febrero se inició el levantamiento popular en la ciudad de Bengasi que desató una violenta represión por parte las Fuerzas Armadas libias, que conllevó a una condena internacional y al establecimiento de un Consejo Nacional de Transición en Bengasi por parte de las fuerzas opositoras al régimen.
Nueve días después, el 26 de febrero el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó la resolución 1970 en la que condena la violencia, muestra su preocupación por la situación y solicita la adopción de medidas para impedir la entrada de armas en Libia, el libre movimiento de dirigentes libios y la congelación de sus activos.
Además, el 17 de marzo, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, aprobó una nueva resolución, la 1973 que insta a adoptar todas las medidas necesarias para proteger a los civiles y a las zonas pobladas por civiles que estén bajo amenaza de ataque. Así, establece una zona de prohibición de vuelo en el espacio aéreo de Libia y la adopción de las medidas necesarias para cumplir el embargo de armas, excluyendo el uso de una fuerza de ocupación extranjera.
Proceso de autorización y despliegue de unidades
En respuesta a la petición de Naciones Unidas, el 18 de marzo, el Consejo de Ministros aprobó un acuerdo para solicitar autorización al Congreso para el despliegue de fuerzas españolas y el uso de bases por fuerzas extranjeras.
Un día después, el 19 de marzo, tuvo lugar en París una reunión de la coalición internacional que da inicio a la operación “Oddisey Dawn” para implementar la zona de exclusión aérea. Con tal fin, España despliega 4 aviones F-18 y un avión de reabastecimiento en vuelo en la base italiana de Decimomannu.
El 22 de marzo el Consejo de la Alianza Atlántica autoriza el inicio de la operación “Unified Protector” para implementar el embargo de armas. España aporta a la operación una fragata F-100, un submarino y un avión de patrulla marítima. Ese día, el Congreso de los Diputados ratifica la participación española, con una autorización de un mes para la operación de zona de exclusión aérea y 3 meses para la operación de embargo de armas. Tres días después el Consejo de Ministros autorizó el despliegue de fuerzas españolas y el uso de bases por fuerzas extranjeras.
Los días 23, 25 y 26 de marzo se incorporaron a la misión de embargo de armas el avión CN-235 D4 VIGMA, la fragata Méndez Núñez y el submarino Tramontana respectivamente.
Estructura de mando
En cuanto a la estructura de mando, el Consejo del Atlántico Norte aprueba el 27 de marzo que la OTAN se haga cargo de las dos operaciones: “Odissey Dawn” y “Unified Protector”, completándose la total Transferencia de Autoridad de los medios militares intervinientes en las distintas operaciones a la Estructura de Mandos de la Alianza el 31 de marzo.
La OTAN designó en esa fecha Comandante de la operación “Unified Protector” al Segundo Jefe del Cuartel General Conjunto de Nápoles (Italia), mientras que las operaciones de embargo las conduciría el Comandante del Componente Marítimo del Cuartel General de Nápoles (Italia), y las de las operaciones para el establecimiento de la zona de exclusión aérea recaería en el Comandante del Componente Aéreo del Cuartel General de Izmir (Turquía). Finalmente, para el planeamiento de las operaciones aéreas se estableció que la programación de los vuelos en el teatro de operaciones se llevaría a cabo desde el Centro de Operaciones Aéreas número 5 (CAOC-5), sito en Poggio Renático (Italia).
Desarrollo de las operaciones de las unidades españolas
La transferencia de mando no supuso modificación alguna para las unidades españolas que participan desde un principio, tanto en la operación de Embargo de Armas como en la de mantenimiento de la Zona de Exclusión Aérea.
Así, conforme a lo estipulado en las Transferencias de Autoridad, los medios españoles participan en la operación de Embargo con una fragata de la clase F100 (Fragata “Méndez Núñez”), un submarino (Submarino “Tramontana”) y un avión de vigilancia marítima (CN235 VIGMA); mientras que en el establecimiento de la Zona de Exclusión Aérea España participa con cuatro aviones F-18, y un avión cisterna de reabastecimiento en vuelo B707.
En cuanto a la Fragata F-100 “Méndez Núñez”, encargada de interceptar e inspeccionar, en caso necesario, barcos sospechosos de transportar armas ilegales a Libia, hasta la fecha ha interrogado a 26 buques sospechosos e inspeccionado 2 de ellos, contribuyendo al control y defensa aérea de las unidades aliadas.
Mientras que el submarino “Tramontana” realiza patrullas encubiertas para detectar, identificar y seguir buques sospechosos, y el avión de vigilancia marítima CN-235 D-4, lleva a cabo misiones de identificación y seguimiento de buques sospechosos, participando hasta hoy en 13 misiones, con un total de 78 horas de vuelo y la identificación de 14 buques de interés.
Por lo que respecta a las capacidades aportadas para la zona de exclusión aérea, los 4 Aviones F-18 llevan a cabo misiones de Patrulla Aérea de Combate para impedir el vuelo de aeronaves no autorizadas y proporcionar seguridad a las aeronaves aliadas. En total suman 88 misiones con 346 horas de vuelo, sin que se hayan visto obligados a intervenir contra ningún avión no autorizado.
El avión cisterna Boeing 707, que tiene encomendado el suministro de combustible en vuelo a las aeronaves aliadas, ha participado en 23 misiones, acumulando 141 horas de vuelo y 516.455 litros suministrados de combustible. Además, a solicitud de la Alianza Atlántica, ante el déficit de aviones de reabastecimiento en vuelo, España contribuirá con un avión cisterna adicional, un C-130 Hércules.
Impacto de la participación española
En cuanto al impacto de la participación española en el informe se subraya la inequívoca voluntad del Gobierno en apoyar las Resoluciones de Naciones Unidas. Desde el punto de vista de las operaciones militares se destaca la notable relevancia de los medios aportados ya que tanto el establecimiento del embargo marítimo como la zona de exclusión aérea son elementos esenciales que además harían posible otras eventuales operaciones de ayuda humanitaria que se plantean tanto la Unión Europea como la OTAN.
Asimismo, se señala que aunque se haya logrado el establecimiento de una zona de exclusión aérea, el mantenimiento de tal exclusión sigue siendo necesario si se quiere proteger a la población y áreas pobladas frente a posibles ataques.
Ante esta necesidad y contemplando la posibilidad de que la Unión Europea o la OTAN lleven a cabo misiones de ayuda humanitaria, a petición de Naciones Unidas, en el día de ayer -19 de abril- se solicitó la autorización para ampliar en dos meses más el periodo de vigencia inicial de las unidades participantes en las operaciones de Zona de Exclusión Aérea, y añadir un nuevo cometido a la misión de las unidades desplegadas actualmente: la protección de las misiones de ayuda humanitaria. Esta autorización obtuvo 37 votos a favor y 1 en contra.