El Catedrático del Departamento de Sistemas y Recursos Naturales de la Universidad Politécnica de Madrid, Alfonso San Miguel Ayanz , acaba de emitir un informe, a petición de la Consejería de Desarrollo Rural del Principado de Asturias, en el que “siguiendo criterios científico-técnicos y analizando los datos estadísticos de los incendios habidos en Asturias en los últimos años” llega a la conclusión que el pastorear las zonas arrasadas por un incendio forestal puede contribuir a acelerar e incrementar la intensidad de los procesos de degradación del suelo y de la vegetación.
En el citado estudio se asegura que “los efectos perjudiciales de los incendios sobre el suelo no finalizan al terminar el incendio. Se prolongan como mínimo hasta que el terreno vuelve a estar cubierto de vegetación. Durante todo ese periodo el suelo es particularmente frágil (se degrada con facilidad) y exhibe una capacidad de recuperación (resiliencia) mínima”.
El informe también recoge que “el pisoteo del ganado siempre provoca la compactación del suelo. Sobre terrenos desprovistos de vegetación o con vegetación rala, como los afectados recientemente por los incendios, ese pisoteo contribuye significativamente a acelerar e incrementar la intensidad de los procesos de degradación por erosión y lavado. En zonas de pendiente, los efectos son especialmente graves”.
Otra de las conclusiones es que “las zonas afectadas recientemente por incendios forestales presentan suelos indefensos frente a los procesos de erosión y lavado de fertilidad y fracciones texturales finas: arcillas y limos. Son suelos extremadamente frágiles, con una escasa capacidad de recuperación (resiliencia) y que han perdido o visto muy reducido su horizonte superior humífero. En zonas de pendiente y en territorios afectados por incendios reiterados, la situación resulta particularmente grave y llega a provocar degradaciones irreversibles a escala temporal humana. El pisoteo del ganado en esas situaciones contribuye a acelerar los procesos de degradación y a incrementar su intensidad”.
El informe termina concluyendo que “el pastoreo sobre zonas afectadas recientemente (un año o menos) por los incendios no está, pues, justificado ni desde el punto de vista ecológico ni pastoral. Pero, además, su autorización puede generar beneficios o expectativas de beneficio para el que los provoca, por lo que puede contribuir a mantener o incrementar su incidencia en el futuro”.
Foto: Ecologistas de Asturias.