El programa de cribado de cáncer de mama que impulsa el Sespa permite la detección de tumores en fases más tempranas y con mejores pronósticos
- Las mujeres mayores de 50 años a las que se les diagnostica la enfermedad en estas revisiones tienen un 27% más de probabilidades de carecer de afectación en los ganglios
- Cada año se registran 600 nuevos casos, con una tasa de supervivencia del 80% a los 5 años y de más del 60% a los 10
Las pruebas de cribado de cáncer de mama, dentro de un plan estructurado, con garantías de calidad en el diagnóstico, tratamiento y seguimiento de la paciente, constituyen la medida más eficaz para la detección temprana de los tumores. Estas pruebas están indicadas para las mujeres mayores de 50 años, a las que se invita a realizar una mamografía cada dos años, tal y como se establece en los protocolos de la Dirección General de Salud Pública del Principado.
Según los últimos estudios, las mujeres a las que se les detecta un tumor en el programa de detección precoz tienen un 27% más de posibilidades de que éste se encuentre en una fase temprana y no tenga afectación ganglionar, lo que determina un mejor pronóstico.
De ahí la importancia de sumarse a este plan, que comenzó hace 25 años en el Hospital Monte Naranco y que desde 2000 se desarrolla en todo el Servicio de Salud del Principado de Asturias (Sespa). Anualmente, participan en este programa 65.000 mujeres.
En dicha iniciativa interviene una decena de especialidades médicas y de enfermería relacionadas con el diagnóstico y todas las fases del posterior tratamiento de los casos que incluyen la reconstrucción completa de la mama en el supuesto de que sea necesaria una mastectomía.
Con motivo del Día Mundial del Cáncer de Mama, que se conmemora mañana, la Consejería de Sanidad recuerda que este programa no evita la dolencia, pero permite detectar los tumores en una fase inicial, cuando la probabilidad de supervivencia es mayor. Es preciso subrayar que el pronóstico está directamente relacionado con el tamaño y la extensión del tumor en el momento del diagnóstico. También se consigue que los tratamientos sean menos agresivos, que más mujeres puedan curarse y que estas pacientes tengan una mejor calidad de vida.
En Asturias, cada año se diagnostican 600 nuevos casos de este cáncer, que es el más frecuente entre las mujeres. La edad es un factor de riesgo importante, de tal forma que más de la mitad de los casos se producen en mayores de 60 años.
No obstante, conviene señalar que 7 de cada 8 mujeres nunca padecerán un tumor de estas características y que, aunque en los últimos años ha aumentado su incidencia, el Principado se encuentra a la cola de Europa en número de casos. Este incremento, no obstante, se debe fundamentalmente a los cambios en el patrón reproductivo de las mujeres, con un aumento de la edad en el primer embarazo y una disminución del número de hijos. Los expertos recomiendan mantener la lactancia materna como elemento protector frente a la enfermedad.
El número de mujeres que fallecen cada año por esta causa en el Principado se sitúa aproximadamente en 200. Esta cifra ha descendido en los últimos años debido a las mejoras del tratamiento y al programa de detección precoz. Actualmente, la supervivencia en Asturias es de más del 80% a los 5 años del diagnóstico y supera el 60% a los 10.
Datos de participación
Cada año se invita a unas 65.000 mujeres a realizarse una mamografía, de las que entre 55.000 y 60.000 se someten a la prueba, lo que se traduce en una participación próxima al 80%. Alrededor del 1,5% de las participantes (entre 800 o 900 mujeres al año) necesitan más pruebas complementarias y, de ellas, entre 250 y 300 son sometidas a exploraciones de carácter más invasivo, de las que la mitad tiene la enfermedad.
El programa de cribado detecta entre 150 y 170 casos al año, lo que se traduce en tres supuestos cada 1.000 mujeres. Un 70% no presenta afectación ganglionar, entre un 30 y un 40% de los tumores son menores de 10 milímetros, y entre un 60 y un 70% se diagnostica en fases tempranas.
Comparando estos datos con los correspondientes a los tumores detectados en las mujeres de la misma edad que no acuden al programa, se observa que la participación en el cribado aumenta en un 27% las probabilidades de que el tumor sea detectado en fases más tempranas y no tenga afectación ganglionar.
La Consejería de Sanidad recomienda a todas las mujeres que mantengan hábitos saludables de vida como un peso adecuado, evitar el consumo excesivo de alcohol, realizar ejercicio físico y una alimentación equilibrada para prevenir el cáncer de mama.