Desde hace muchos meses (incluso trimestres), las decisiones de inversión se han tornado más complicadas (si cabe), y los inversores pueden perderse entre un mar de dudas. La liquidez o los depósitos no ofrecen rentabilidad, la Renta Fija está en una peligrosa burbuja, el oro no supone un refugio tan seguro como antaño… así que vamos a centrarnos en los dos activos que dan título a estas líneas: Renta Variable y Mercado Inmobiliario.
Tanto en Estados Unidos como en Europa, escuchamos estos meses previsiones halagüeñas sobre los Resultados Empresariales para lo que queda de 2016 y para el 2017: Aumento del beneficio por acción, grandes fusiones y absorciones empresariales a precios muy superiores al de cotización,etc, pero los mercados siguen sumidos en las mismas dudas que hace un año. Esto es, cómo y cuándo será la subida de tipos al otro lado del charco, cómo nos afectará la previsible desaceleración de China, qué consecuencias tendrá el Brexit y, en nuestro entorno más cercano, cómo afectará la inestabilidad política al crecimiento económico.
Ante esta tesitura, es habitual que muchos inversores se lo piensen dos veces antes de entrar en la Renta Variable, sin darse cuenta de que, a largo plazo, estas incertidumbres se habrán superado. La bolsa seguirá subiendo si los beneficios empresariales van en aumento. Podrían aparecer nuevas variables que arrojarán nuevas dudas. ¿Quién se acuerda del conflicto Rusia-Ucrania, o quién habla ahora de una posible quiebra de Grecia?.
Ante la duda, como digo, uno se puede plantear invertir en el Mercado Inmobiliario porque, según parece, puede haber tocado suelo. Como toda inversión (supongamos que no se compra para vivir), tiene sus propios riesgos. ¿Conseguiré alquilarlo?. ¿Me pagará el inquilino y me lo cuidará?. La zona o barrio, ¿se revalorizará o se pasará de moda?. Desde luego, y como consecuencia de la crisis actual, ya nadie apuesta por el inmobiliario como un sector seguro que siempre se revaloriza. Si a eso le añadimos que el capital necesario es muy alto, y que un inmueble es uno de los activos menos líquidos del mercado, la decisión también es complicada.
Llegados a este punto, ¿por qué no plantearse invertir en un activo que combine las ventajas de los dos anteriores y que no adolezca de alguno de sus inconvenientes?. Me refiero a los Fondos de Inversión Inmobiliarios. Aunque en España no abundan, hay varios en el mercado con rentabilidades interesantes. Recordemos que el capital para invertir es mínimo, que están muy diversificados (con una pequeña aportación puedo invertir en 30, 40 o 50 posiciones), que uno puede invertir en sectores que serían imposibles para un inversor minorista (en centros comerciales de Alemania, alquiler de oficinas en París,…), que gozan de la liquidez y de las ventajas fiscales de los fondos, etc. Dentro de nuestra gama de Productos y Servicios, tenemos el Fondo GVC Gaesco Oportunidad Empresas Inmobiliarias, que reúne 4 estrellas Morningstar y lleva una atractiva rentabilidad desde inicio de gestión, muy acorde con su perfil de riesgo y política de inversión.
Tu Agente Financiero te ayudará a diseñar una propuesta de inversión adecuada a tu perfil, teniendo en cuenta las alternativas presentes en los Mercados Financieros y pensando siempre en proteger el patrimonio y rentabilizar el ahorro.