El Rayo Vallecano ha encadenado tres jornadas sin perder, pero llega al Carlos Tartiere con ocho bajas
Oviedo (AsturiasDiario).-El Real Oviedo ni vence, ni convence. La buena imagen que dejó, hace quince días, en Cádiz, no fue más que un espejismo. Al menos, por ahora. El pasado domingo, el conjunto oviedista volvió a las andadas frente al Numancia, quien se llevó un punto del Carlos Tartiere después de otro mal partido del Oviedo, en el que los azules siempre fueron a remolque. El equipo que dirige Fernando Hierro sigue atascado, tanto a domicilio, donde solo ha sumado cuatro puntos, como en el Tartiere, donde solo ha ganado un partido (el primero, ante el Almería). En total, dos victorias, tres empates y tres derrotas en ocho jornadas que le mantienen a diez puntos del líder (Levante), a tres del sexto (Girona) y a solo dos de los puestos de descenso.
Pasan las jornadas, pero el juego del Oviedo no mejora, salvo en algunos momentos puntuales. Fernando Hierro sigue empeñado en que su equipo tenga el balón, pero cuando lo tiene, los azules no están cómodos: los pivotes se quedan sin ideas, no hay fluidez en el juego y el equipo no tiene profundidad. Y, para colmo, el calendario no da tregua. El Real Oviedo afronta mañana otro exigente partido en el Carlos Tartiere frente al Rayo Vallecano, uno de los equipos más fuertes de la categoría, y candidato al ascenso tras bajar a Segunda la pasada temporada. El Rayo arrancó mal la Liga con dos derrotas en los tres primeros encuentros, pero parece haber mejorado en las últimas jornadas. El equipo que dirige José Ramón Sandoval llega ‘lanzado’ al Carlos Tartiere tras vencer por tres goles a cero al Cádiz el pasado fin de semana, y encadenar tres partidos sin perder, pero también con ganas de ‘aprobar’ su principal asignatura pendiente esta campaña: ganar a domicilio. El Rayo ha sumado diez de los once puntos que tiene en Vallecas, donde todavía no ha encajado ni un gol, pero solo ha conseguido un punto como visitante (empató en el campo del Reus hace quince días). El Rayo cuenta, además, con ocho bajas. José Ramón Sandoval no podrá contar con el ex oviedista Diego Aguirre, Dorado, Mojica, Baena, Iñiguez, Embarba y Javi Guerra, todos lesionados; ni con el guineano Lass, convocado con su selección. Las ausencias más importantes son las de Embarba y Javi Guerra, titulares indiscutibles en el esquema de Sandoval, que estarán entre cuatro y seis semanas de baja por una rotura en el bíceps femoral. Pese a las bajas, el Rayo Vallecano cuenta con jugadores peligrosos que pondrán a prueba al equipo de Fernando Hierro. El guardameta Toño y el central Amaya son los dos pilares indiscutibles del Rayo de Sandoval, y los únicos que esta temporada han disputado todos los minutos. El veterano portero es, por ahora, uno de los menos goleados de la competición (ocho goles), y Amaya es uno de los centrales más contundentes de la categoría. También tendrá que tener especial cuidado el Oviedo con Trashorras, capitán del Rayo y ‘cerebro’ del equipo al que le gusta tocar el balón, y con el rumano Rat, otro de los líderes del conjunto madrileño, cuya especialidad es colocar centros perfectos desde la banda izquierda.
La alineación, y el sistema, con los que Fernando Hierro hará frente al Rayo Vallecano son una incógnita. Prueba de las dudas que el Oviedo está generando en este primer tramo de la competición, son los cambios constantes del técnico oviedista. Tras ocho jornadas, Hierro sigue dándole vueltas al ’once’, y probablemente volverá a introducir cambios en el equipo. El entrenador oviedista podría repetir el 4-3-3 del pasado fin de semana, en el que el gran sacrificado es Jon Erice, o bien podría regresar a la titularidad el navarro en detrimento de Bedia, lo que provocaría un nuevo cambio de sistema. Si vuelve Erice, Hierro recuperaría el 4-2-3-1 de otras jornadas, con Rocha, Linares y Michu por delante de los pivotes, y Toché como referencia ofensiva. También podría haber novedades en la defensa, a la que podrían regresar David Fernández y Varela. Más cambios para un Oviedo que sigue sin funcionar, y al que el Rayo pondrá a prueba, por segunda semana consecutiva, ante un Tartiere al que se le está agotando la paciencia.
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