La crisis del PSOE abre nuevas incertidumbres sobre el futuro de los gobierno de España y y Asturias, una situación preocupante a juicio del portavoz parlamentario de Izquierda Unida en la Junta General del Principado, Gaspar Llamazares. "Nos preocupa la situación interna del Partido Socialista, la conjura interna que se ha vivido. No somos partidarios de conjuras palaciegas y la división consiguiente del PSOE en un momento importante para la izquierda", enfatizó Llamazares, para quien la mayor inquietud se produce no ya por este golpe de poder interno, sino por los posibles escenario que ahora se abren. "Lo que más nos preocupa es la salida, si es una salida para permitir un gobierno de progreso y de regeneración, pues al final se producirá una buena salida, pero si es una salida para permitir el continuismo del gobierno del PP, de un Gobierno degradado y de un gobierno agónico pues no estaremos de acuerdo y eso tendrá consecuencias dentro de la izquierda y seguramente tendrá consecuencias también en Asturias". 

Y es que, recordó Gaspar Llamazares, el Gobierno de Mariano Rajoy ha sido el látigo de Asturias y nada hace presagiar un cambio por lo que, dijo, un apoyo a su continuidad en Moncloa "no es compatible con una mayoría de gobierno de izquierdas en esta comunidad autónoma"

Respecto a la posibilidad de que el presidente de Asturias encabece la gestora nacional del PSOE, Llamazares señaló que se trata de una en todo caso de una decisión interna y que le compete al propio Partido Socialista si bien, mostró su recelo al tiempo que reclamó la necesidad de que Javier Fernández recupere la iniciativa y el liderazgo algo que, añadió, "nos da la impresión de que se ha diluido en los últimos meses, aún más, con su papel de barón del PSOE. Tiene que hacer compatible la baronía con la presidencia del Principado de Asturias y con la recuperación del liderazgo que necesitamos para que en Asturias haya una mayoría estable de izquierdas".

A preguntas de la prensa sobre el golpe de mano que se ha vivido en las últimas horas en Ferraz, Llamazares aseguró que se había producido un "choque de legitimidades: por un lado, una parte importante de la ejecutiva que dimite y deja a su secretario general sin base efectiva de dirección pero, por otro lado, el secretario general, que tiene una legitimidad que le viene de la elección directa de los militantes". Se trata de una situación, a juicio del diputado, de difícil arreglo pues lo que muestra es una división en el seno del PSOE.