La Confederación Hidrográfica ha confirmado que sanciona al ayuntamiento de Ribera de Arriba por los vertidos de aguas residuales en el río Caudal que la Coordinadora Ecoloxista había denunciado en reiteradas ocasiones.
"Hace unos meses denunciamos los vertidos de aguas fecales de Ribera de Arriba al río Caudal que salen justo al lado del nuevo pantalan y a pesar del uso masivo de esta instalación no se han resuelto, por los que la Confederación ha iniciado un expediente sancionador contra el municipio como responsable", explican en nota de prensa desde el colectivo ecologista.
"También recordábamos como en Ribera de Arriba, al menos una parte de los vertidos de la capital del concejo acaban también en el río Caudal sin depuración, justo donde ahora se ha construido un pantalán para la práctica del piragüismo", denuncian. "Ahora la Confederación Hidrográfica del Cantábrico ha sancionado al Ayuntamiento con multas económicas por esos vertidos ilegales y ha puesto de manifiesto la situación de ilegalidad continuidad, la irresponsabilidad u desprecio al medio ambiente que han generado estos vertidos que llevan años produciendose".
"Exigimos que tanto el Ayuntamiento de Ribera de Arriba como las demás administraciones implicadas, Consejería de Medio Ambiente, tomen las medidas necesarias para evitar que esos vertidos contaminantes se sigan produciendo indefinidamente al río Caudal que son una plaga para los riós asturianos que vienen sufriendo una contaminación de decadas", arguyen, "entendemos que estos hechos suponen un claro delito de acuerdo a la Ley Orgánica 10/1995, al haberse producido una contaminación continua por negligencia y suponer estos vertidos un riesgo grave para el equilibrio de los sistemas naturales, acreditado con la evidente que se detecta tanto de manera visual como olfativa".
Los vertidos de aguas residuales en Asturias sin depurar son un grave problema ambiental, que incumple todas las normativa vigentes, porque la normativa europea recogida en la Directiva 91/271/CEE tiene por objeto la recogida, el tratamiento y el vertido de las aguas residuales urbanas, con el fin de proteger al medio ambiente de los efectos negativos de los vertidos de esta aguas, "ya nos obligaba a todos los núcleos a tener en el año 2008 todas las aguas depuradas, 8 años después todavía seguimos esperando a que se acaben muchas de estas obras", concluyen.