El presidente del Principado de Asturias, Javier Fernández, ha señalado esta mañana, durante su intervención ante el Comité de las Regiones que estos días está reuniéndose en Oviedo, que es el momento de "impedir el fracaso que derivaría "hacia el populismo y el imperio de los nacionalistas".

Reproducimos, por su interés, un extracto de las palabras del presidente socialista del Principado de Asturias: 

"Ustedes saben que la Unión Europea pasa por el momento más grave desde su formación. Está en nuestras manos impedir que acabe en un fracaso que derivaría, como un destino inexorable, hacia el populismo y el imperio de los nacionalistas. Sería una paradoja que cuando la cibernética globaliza la realidad Europa recuperase las fronteras, aunque es cierto que ya estamos edificando muros y extendiendo alambradas que parecen preludio de trincheras. Esta situación fortalece a un neo feudalismo que por todo el continente propugna la vuelta a la falsa edad dorada del autogobierno de la tribu, ignorando que la ciudadanía, como la democracia, es una conquista de la razón, no de las tripas.

La cancelación del proyecto europeo no está escrita, insisto. La solución no son declaraciones. No basta decir que la solución a la crisis europea es más Europa, un simple juego de palabras. Urge tomar medidas concretas, que repercutan en la vida real de las personas. Considero que las primeras deben ir dirigidas a reforzar y ampliar el Estado de bienestar, a recuperar la condición social de Europa. Porque el proyecto europeo se definía por una triada que incluía las libertades democráticas, la pujanza económica y la fortaleza de su construcción social. La crisis y su gestión han debilitado dos de esos puntales, la prosperidad y los derechos sociales, y esa fragilidad se ha convertido en la fuerza nuclear de los euroescépticos.

Europa, también lo ha dicho Juncker, debe ser más social. Y, sin duda, también más democrática. Aquí ustedes, los integrantes de esta comisión, tienen mucho que decir y hacer. En términos clásicos, no podemos inventar un demos, pero sí mejorar la politeia. Hemos de hacer todo lo posible para favorecer la participación ciudadana, porque la desconexión entre ciudadanos e instituciones europeas es la brecha por la que se cuelan, como cuñas en la madera blanda, el populismo y el euroescepticismo.

Yo no sé si los británicos están arrepentidos del brexit. Sinceramente, me importa menos que lloren por la leche derramada que el hecho de que nosotros seamos capaces de tapar esa vía de agua, porque el proyecto europeo está realmente débil. No aguantaría otro embate semejante.

Ustedes, los representantes de esta comisión, saben que no son quienes se agolpan en nuestras fronteras, las familias que pasan frío y hambre en Lesbos ni los millares de ahogados en el Mediterráneo los que erosionan la Unión. Es nuestra incapacidad para ofrecer con rapidez una solución justa a ese problema la que retrata nuestra fragilidad.

Ustedes saben también que no ha sido sólo la crisis, sino la forma concreta de abordarla, la que ha ensanchado la distancia entre la ciudadanía y las instituciones, esa sima a la que antes aludí.

Y saben, además, que estamos obligados a reaccionar para que no cunda la crisis de confianza en el proyecto europeo. Es el presidente de una comunidad autónoma española quien se lo dice. Probablemente alguno de ustedes pensará: mejor atendía su propia casa, en lugar de ponernos deberes a los demás. Si lo piensan, tengo que darles la razón. Hoy en España tenemos una urgencia, que es superar el bloqueo político para que las instituciones democráticas funcionen y respondan a su razón de ser. Por supuesto, la misma reclamación que hago para la Unión Europea vale para España. Si las instituciones son inútiles o se perciben como inútiles, pierden sentido. Tanto en España como en la UE se nos está echando el tiempo encima. Hay que reaccionar antes de que sea demasiado tarde y los daños resulten irreparables....."