La Declaración fue aprobada en la Cumbre sobre el tema que sesiona en la ONU este lunes y fue pactada por los 193 Estados miembros de Naciones Unidas el mes pasado.
En el texto, los jefes de Estado y de Gobierno prometen que protegerán a cabalidad los derechos humanos de todos los refugiados y migrantes, sin importar su estatus, y que respetarán las normas internacionales vigentes en ese ámbito.
Además, expresan su solidaridad con los millones de personas que se han visto obligadas a dejar sus hogares y reconocen los riesgos a los que se enfrentan.
Antes de su aprobación, el Secretario General de la ONU felicitó a los Estados miembros.
“La adopción de esta Declaración implicará que más niños puedan asistir a la escuela, que más trabajadores puedan buscar trabajo en el extranjero de forma segura en lugar de quedar a la merced de traficantes criminales, y que más gente tenga opciones reales de regresar a sus países una vez que hayan terminado los conflictos y que haya paz”, dijo Ban Ki moon.
En la declaración, los 193 Estados miembros reconocen una responsabilidad compartida para gestionar grandes movimientos de refugiados y migrantes de forma humana, sensible, compasiva y centrada en la gente, y se comprometen a abordar las causas de estos desplazamientos masivos de población.
Asimismo, condenan los actos y manifestaciones de racismo, discriminación racial y xenofobia contra refugiados y migrantes, y los estereotipos que a menudo se les asignan.
Asamblea General de la ONU. Foto de archivo: ONU/Manuel Elia