Santander.– A raíz de la abundancia de terremotos en California, las autoridades decidieron realizar un auténtico despliegue de acelerógrafos por el territorio. De esta forma, comenzó a disponerse de un mayor número de datos reales de movimientos fuertes, lo que supuso un salto de gigante para el estudio de estos sucesos. En casi cien años, esta disciplina ha conseguido grandes avances, pero aún no ha sido capaz de cumplir su mayor reto: la predicción real de terremotos. El ingeniero sísmico Enrique Alarcón, que ha participado en el Aula de Verano "Ortega y Gasset" de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, ha explicado que "el mayor logro que podría conseguir la sísmica, desde el punto de vista de definición de la acción, será la predicción real del lugar y del momento de los terremotos".
El catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid ha explicado que en la actualidad pueden conocerse en qué lugares se pueden producir los movimientos, pero "nos hace falta algo que nos ayude a entender el estado de cada falla peligrosa. Ese es el camino que se está buscando y que se está estudiando".
Y es que la observación continua es la piedra de toque de la ingeniería, pues es lo que les permite seguir la evolución del proceso que conduce a los sismos. A esto también hay que sumarle "el papel de los accidentes", pues como "la catástrofe juega su plan también: pone de manifiesto los fallos de proyecto, de conocimiento o de construcción".
Lo malo es que "a día de hoy es imposible predecir el momento exacto de los terremotos. Lo que podemos hacer es pronosticar en qué zonas es previsible que se produzcan los movimientos, a través de estudios estadísticos basados en datos previos", ha comentado el ingeniero sísmico. Igualmente, ha señalado que "aunque se comprende el mecanismo –de cómo se producen los movimientos-, en el momento actual no se puede conocer la geometría concreta de las asperezas o rugosidades del interior de la falla. Hay teorías de cómo puede producirse la rotura, pero Dios sabe cómo está cada kilómetro cuadrado de la falla".
La ponencia
En su ponencia Ingeniería sísmica y otros problemas de la dinámica de estructuras, Alarcón ha intentado "resaltar la importancia de las acciones dinámicas en el cálculo de estructuras. Acciones dinámicas que pueden ser de muchos estilos: inducidas por los terremotos, por el viento, por las personas, por explosiones... Hay multitud de situaciones en las que el comportamiento de las estructuras es dinámico".
Y a pesar de que todo esto es relativamente nuevo, pues el estudio de los movimientos de las estructuras comenzó a hacerse notar cuando estas empezaron "a ser más esbeltas y ligeras, en contraposición de las antiguas, más contundentes y de mayor peso", Alarcón tiene claro que la ingeniería sísmica conseguirá mayores avances para poder evitar catástrofes como el terremoto que acaba de sacudir el centro de Italia, aunque, eso sí, "todavía quedan muchos factores que están fuera de nuestra capacidad de actuación".
Fotografía: Juan Manuel Serrano