La directora de Control Ambiental destaca las mejoras conseguidas gracias a los esfuerzos humanos y materiales, y al aumento de las inspecciones
Asturias.-La Consejería de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente ha invertido desde enero un total de 93.224 euros en equipos destinados tanto a vigilar la calidad del aire ambiente como a controlar la emisión de contaminantes, en un año que está siendo notablemente mejor que 2015.
La directora general de Prevención y Control Ambiental, Elena Marañón, ha visitado hoy en el Parque de El Lauredal, en Gijón, uno de los cuatro captadores móviles de partículas sedimentables, que han supuesto un desembolso de 3.872 euros, así como otro dispositivo ya existente para medir partículas en suspensión de tamaño inferior a diez micras (PM10). Los restantes nuevos captadores se localizan en el laboratorio de sanidad animal de Jove, en el Colegio Público de Salinas y el cuarto y último se colocará en los próximos días en el edificio de formación profesional náutico pesquera de La Calzada.
Medio Ambiente cuenta desde este año con una estación meteorológica que se instalará próximamente en Trubia, cuyo coste asciende a 3.455 euros, y con dos analizadores para medir BTEX (acrónimo que significa benceno, tolueno, etilbenceno y xileno) y partículas PM10, por los que se han abonado 44.770 y 20.812 euros, respectivamente. Los equipos destinados a evaluar la emisión de contaminantes también se han reforzado en 2016 con tres nuevos analizadores por importe de 20.315 euros para medir dióxido de azufre, óxidos de nitrógeno y oxígeno.
Todos estos dispositivos se suman a los analizadores en continuo de la red de calidad del aire del Principado y a cuatro captadores discontinuos, dos de ellos similares al instalado en El Lauredal, que se encuentran ubicados en la estaciones de la Avenida de la Constitución (Gijón) y en la de Llaranes (Avilés), y dos más de partículas sedimentables, en Monte Morís y Falmuria, en Carreño. Asimismo se cuenta con una unidad móvil, que analiza los principales contaminantes.
La directora ha explicado que los esfuerzos materiales y humanos, sumados a la intensificación de las inspecciones que los técnicos del Principado realizan a las industrias que operan con algún tipo de autorización ambiental, han contribuido a mejorar de forma notable la calidad del aire este año respecto a 2015 y los anteriores. En los siete primeros meses del año, y a excepción de la estación industrial de Matadero, en Avilés, el valor medio diario de partículas establecido por la legislación se ha superado únicamente nueve jornadas, siete de ellas en tres estaciones de Avilés y Salinas y las dos restantes en Argentina y Santa Bárbara, en Gijón, frente a las 35 ocasiones que admite la legislación por medidor y año.
Marañón ha recordado que la calidad del aire depende de la emisión de contaminantes y de las características meteorológicas. Así, en situaciones de estabilidad atmosférica como las que suelen ser habituales en época estival, en que existe una mayor persistencia de anticiclones, la dispersión y consiguiente dilución de los contaminantes se dificulta y pueden elevarse los niveles de contaminantes. En este sentido, ha insistido en que las superaciones horarias o esporádicas de los valores límite o guías diarios no suponen un riesgo para la población, siempre que no se mantengan.
Planes de calidad del aire
Actualmente está en marcha la revisión de los planes de calidad para la aglomeración de Gijón y la zona central de Asturias, en los que se definirán nuevas actuaciones para profundizar en la mejora del aire y avanzar hacia los niveles aconsejados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). El Principado puso en marcha estos planes en el verano de 2014, en colaboración con otras instituciones, y desde entonces ha logrado una mejora sustancial, de modo que en 2015 la normativa se cumplió en toda la comunidad con la única excepción del entorno del puerto de Avilés, con muy escasa población residente, y para un único contaminante: las partículas en suspensión.
En Asturias, el control de la calidad del aire se efectúa por medio de la Red de Vigilancia y Control, en la que se encuentran integradas las estaciones gestionadas por el Principado y las de las empresas. Los principales contaminantes que se miden son: el dióxido de azufre (SO2), las partículas PM10, el dióxido de nitrógeno (NO2), el monóxido de carbono (CO) y ozono (O3), a los que se suman circunstancialmente y en algunas estaciones las partículas PM2,5, el plomo (Pb), benceno, tolueno, etilbenceno y xilenos (BTEX) y el ácido fluorhídrico (HF).