La concejala del área de Atención a las personas, Marisa Ponga, asegura que los 19 chabolistas que lo ocupaban lo desalojaron voluntariamente: "unos se fueron, por el carácter itinerante de su modus vivendi, y otros, en concreto una familia y una mujer, ya están realojados en viviendas".
- El edil de Seguridad Ciudadana, Ricardo Fernández, asegura que la demolición de las chabolas no durará más de 48 horas y que "posteriormente se procederá al acondicionamiento y cierre del terreno".
A primera hora de la mañana de ayer, una pala excavadora comenzaba a desmantelar el último asentamiento chabolista de Oviedo, el de La Malata, ya sin ocupantes desde hace días. Policía Local y funcionarios de los servicios sociales y veterinarios del Ayuntamiento seguían de cerca los trabajos de demolición, que se estima que duren unas 24 ó 48 horas.
El concejal de Seguridad Ciudadana, Ricardo Fernández, explicaba dos horas más tarde, que "el dispositivo no ha supuesto complejidad alguna. Se había dialogado previamente con todos los ocupantes, que lo desalojaron voluntariamente, y hemos pasado nuestra intervención en el diálogo de manera que no ha sido necesario ni el apoyo de la Policía Nacional ni el de Protección Civil. Se ha puesto más el acento en la Atención de las Personas". Su compañera, la concejala de Atención a las Personas, Marisa Ponga, añadía: "En todo el tiempo en el que ha habido un asentamiento chabolista en La Malata, la Unidad de Trabajo Social de La Corredoria ha trabajado con sus ocupantes. A última hora nos consta que quedaban 19 personas, una de ellas menor. A todas esas personas se les ha ofrecido, incluso antes de que les llegase la notificación de desalojo, las ayudas y recursos que tenemos disponibles, como viviendas sociales, ayudas para acceder a la vivienda, plazas en el albergue Cano Mata o plazas residenciales para las personas mayores". Desde que recibieron la notificación, especificó la edil, "muchos se disolvieron y desalojaron La Malata de forma voluntaria, porque, de hecho, sólo había una persona empadronada en Oviedo. Solo ha habido dos casos en los que sí se les ha concedido una vivienda social: uno de ellos es una familia, compuesta por los progenitores y un menor, y en otro una mujer sola. Desde el viernes tienen las llaves y se les seguirá apoyando desde el Área de Atención a las personas con un apoyo socio- educativo para facilitar su integración porque no hay que olvidar que su modus vivendi es itinerante". Ponga aprovechó su intervención para agradecer "la colaboración y coordinación del Gobierno del Principado, a través de la Dirección General de Vivienda, que ha tramitado con mucha rapidez el proceso de las viviendas y, por supuesto, la labor de la Unidad de Trabajo Social de La Corredoria".
La edil de Atención a las Personas explicó, además, "que nos interesa facilitar una vida digna y saludable a las personas que estaban en ese asentamiento, en el que llegaron a cuantificarse más de 40 personas, entre los años 2015 y este 2016, que se fueron yendo por su carácter itinerante".
El expediente del asentamiento de La Malata, indicó Ricardo, "se abrió en 2014 pero había referencias ya en 2009". Y especificó que en esta zona "el operativo ha sido complejo, con la implicación de muchas áreas y departamentos municipales, como Policía Urbana y Conservación, Parques y Jardines… para que ese terreno municipal no vuelva a ser ocupado".
Respecto al derribo y el acondicionamiento del terreno, el responsable municipal de Seguridad Ciudadana, indicó que "tras los trabajos de demolición de las chabolas, que estimamos duren entre 24 y 48 horas, se procederá al arado y colocación de cierres.. una semana, aproximadamente".
Los animales que se encontraban en el poblado –gallinas, un perro y cerdos vietnamitas- "tras ser capturados, pasarán a la perrera municipal. Se trata de animales abandonados porque su propietario falleció", concluyó el edil.