Greenpeace, que ha estado luchando por esta causa junto a la comunidad indígena Mundurukú, celebra la victoria y pide la demarcación oficial de su territorio
Esta decisión supone una gran victoria para Greenpeace y para los Mundurukú, una milenaria comunidad indígena que habita las orillas del Tapajós y que hubiera visto su hogar anegado por la gigantesca presa. La organización ambientalista y la comunidad indígena han estado años luchando juntos por esta causa.
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Por ello Greenpeace aplaude la decisión del IBAMA y recuerda que además la presa hubiera causado daños irreversibles en el medio ambiente y en la singular biodiversidad de la zona, situada en el corazón de la Amazonia.
“Los Mundurukú estamos muy felices con esta noticia. Es algo muy importante para nosotros. Ahora seguiremos luchando contra otras presas en nuestro río”, ha declarado Arnaldo Kabá Mundurukú, jefe de la comunidad. Por su parte el responsable de campañas de Greenpeace Brasil, Danicley Aguiar, ha comentado que "ahora que la licencia ha sido cancelada, el Ministerio de Justicia brasileño debe dar el siguiente paso y reconocer oficialmente la demarcación del territorio de los Mundurukú, llamado Sawré Muybu". Y es que la comunidad quiere que se les reconozca oficialmente la dimensión de sus tierras y así puedan proteger su selva.
En los últimos meses, más de 1,2 millones de personas en el mundo se han unido a los Mundurukú y a Greenpeace en su campaña para decir no a esta presa y pedir a multinacionales como Siemens, Mapfre e Iberdrola, involucradas en el proyecto, que lo abandonaran. Además, otras agencias brasileñas, como la FUNAI (Fundación Nacional Indígena) y los procuradores públicos del estado de Pará, recomendaron a la IBAMA que cancelara la licencia porque el proyecto desplazaría a una comunidad indígena, lo que sería inconstitucional en Brasil.
Pero la lucha no se queda aquí, además de la São Luiz do Tapajós, hay 42 proyectos más de hidropresas planificados en las inmediaciones del río Tapajós, en la Amazonia, como parte parte de un agresivo modelo económico que no tiene en cuenta la importancia de proteger la selva amazónica y a sus habitantes. Además ya se ha visto en mega presas anteriores construidas en la Amazonia los brutales impactos negativos que han tenido sobre las comunidades y el entorno y sus relaciones con escándalos de corrupción.
Por ello Greenpeace pide al Gobierno de Brasil que realice la demarcación oficial del territorio Mundurukú y que se enfoque en modos de energía realmente renovables y se convierta en un líder mundial en el terreno de la energía solar y eólica. Invirtiendo en sol y viento es posible generar la misma cantidad de energía que la que produciría una presa como la de SLT, por ello ahí está el futuro.