La muerte de la profesora Maathai es "prematura y una pérdida muy grande para todos los que la conocieron, como una madre, un familiar, compañero de trabajo colega, modelo a seguir, y la heroína de la que admirábamos su determinación para hacer del mundo un mundo más pacífico, más sano y un lugar mejor", se lamentan sus allegados.
Wangari Muta Maathai fundó el Movimiento Cinturón Verde en 1977, trabajando con las mujeres para mejorar sus medios de vida mediante el aumento de su acceso a recursos como la leña para cocinar y agua limpia. Ella se convirtió en un gran defensor de una mejor gestión de los recursos naturales y la sostenibilidad, la equidad y la justicia.
Maathai deja a sus tres hijos-Waweru, Wanjira y Muta-y una nieta, Ruth Wangari.
"No podemos conformarnos o darnos por vencido. Se lo debemos a las generaciones presentes y futuras de todas las especies, levántate y anda! "
"No se puede proteger el medio ambiente a menos que se prepare a las personas, las informamos y las ayudemos a entender que estos recursos son propios, que deben protegerse."
La keniana Wangari Maathai, bióloga, ecologista y activista social ganadora del Premio Nobel, falleció el pasado 25 de septiembre de 2011 a los 71 años de edad, después de una prolongada lucha contra el cáncer.
Con estudios en universidades de los Estados Unidos y un doctorado en Alemania, Maathai fue la fundadora del Movimiento Cinturón Verde en 1976, una organización no gubernamental ambientalista enfocada en actividades de reforestación, conservación del medio ambiente y defensa de los derechos de las mujeres. Este importante legado hasta la fecha alienta a mujeres habitantes en zonas rurales de Kenia a sembrar árboles para mejorar sus medios de vida mediante acceso al agua potable, recursos madereros y otros.
Este movimiento ha impulsado hasta la fecha la reforestación en África con aproximadamente 45 millones de árboles, ayudando a contrarrestar los efectos de la deforestación y el cambio climático, ayudando al mismo tiempo a cerca de 900,000 mujeres a mejorar sus condiciones de vida. Su activismo ambiental rebasó las fronteras de su Kenia natal; en los últimos años, la militante se había consagrado a la protección de la selva de la cuenca del río Congo en el África Central, segundo macizo forestal tropical del mundo.
Los distintos obstáculos a los que Wangari Maathai debió enfrentarse en Kenia en diversos momentos de su carrera y vida personal sirvieron más como un incentivo que como un obstáculo para la implacable convicción de Maathai en pro de las causas que defendió, entre ellas las mujeres de su patria y el medio ambiente.