• Las carreras se realizarán de manera simultánea el 30 de octubre en Miranda de Ebro (Burgos), l’Ametlla de Mar (Tarragona), Gárgoles de Abajo (Guadalajara), Saucedilla (Cáceres) y Valencia
Por primera vez en su historia, Greenpeace organiza cinco carreras populares simultáneas de temática zombi en el entorno de las centrales nucleares españolas, en lo que pretende ser un acto lúdico y deportivo, muy visual y abierto a todos los públicos. Las carreras tienen por nombre "Nuclear Running Dead".
Aunque no se trata de una protesta o manifestación, con estas carreras Greenpeace quiere visibilizar el lado más “zombi” de la energía nuclear, una energía acabada a pesar de los esfuerzos del sector y sus beneficiarios para mantenerla viva.
Los cinco eventos deportivos se celebrarán el domingo 30 de octubre, en víspera de Halloween, de manera simultánea en localidades del entorno de las centrales nucleares del país: Miranda de Ebro (Burgos), l’Ametlla de Mar (Tarragona), Gárgoles de Abajo (Guadalajara), Saucedilla (Cáceres) y Valencia y en ellas podrán participar todas las personas que lo deseen previa inscripción en la web http://www.nuclearrunningdead.org/.
Los participantes podrán competir en dos categorías, en las distancias de 10 km y 4 km, y podrán hacerlo con caracterización zombi, aunque no es obligatorio. La organización pondrá a disposición de todos los corredores un servicio de maquillaje en cada carrera con elementos zombis.
Para participar será necesario aportar una cuota simbólica de inscripción de 5 euros de los que Greenpeace destinará 1 euro a la asociación Chernobil Elkartea, una organización que lleva desde 1995 trabajando por el bienestar de los niños y niñas que aún sufren las consecuencias del desastre nuclear de Chernóbil.
En España aún operan seis centrales, incluida Garoña, cuya vida útil terminó hace más de tres años y que no produce electricidad pero que no ha sido definitivamente clausurada. Greenpeace considera que el parque nuclear debería ser sustituido por energías limpias cuando termine su vida útil, algo que sucederá al principio de la próxima década.
Greenpeace identifica la energía nuclear como una energía “zombi” ya que además de los esfuerzos por querer mantener las centrales vivas cuando termina su vida, deja un legado tóxico de toneladas de residuos radiactivos y que permanecerán durante miles de años como una amenaza para las personas y el medio ambiente
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