El toque de silencio, las descargas en su honor, junto a la entrega de la bandera nacional a sus padres Jorge y Graciela por parte del Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea de Chile, General del Aire Jorge Rojas Ávila fueron también instantes sublimes para grabar hasta la eternidad la relación entre la Institución y la familia Fernández- Quinteros.
Las honras fúnebres de hoy 23 de septiembre se iniciaron con una misa a las 12.30 horas en la Iglesia San Miguel Arcángel de la Fuerza Aérea, en la calle Lira 125, oficiada por el Vicario Episcopal de la FACh, Coronel de Aviación (SR) Sebastián Navarrete. El sacerdote destacó la personalidad de la Teniente Fernández, quien “amó a la FACh y a su Patria. En los momentos más difíciles que tuvo que enfrentar durante sus 26 años de vida siempre quiso servir a los demás, lo hacía con gusto, siempre sonriendo”. Posteriormente, al bendecir el féretro señaló el sacerdote “Brille para ella la luz eterna, al paraíso te lleven los ángeles y te reciban los santos con todos tus camaradas que te precedieron”.
Entre los cientos de asistentes a la misa por el eterno descanso de la primera mujer piloto mártir de Fuerza Aérea de Chile se encontraba el Ministro de Defensa (S), Alfonso Vargas, junto a representantes del Alto Mando Institucional, y delegaciones del Ejército, Armada, Carabineros y Policía de Investigaciones
Posteriormente, el cortejo se dirigió al Cementerio, seguido de decenas de vehículos. Al llegar al camposanto, la urna fue llevada en una cureña cubierta con la bandera de la Patria, mientras uno de sus Camaradas portaba en sus brazos el uniforme y la espada de mando de la Teniente (A) Carolina Fernández.
Al despedir sus exequias el Comandante del Grupo de Aviación Nº 8, Comandante de Grupo (A) César Pineda resaltó las cualidades personales y profesionales de la Teniente Fernández, señalando que “debido a su disciplina y dedicación a sus actividades de vuelo, se convirtió en la primera mujer en pilotear un avión CASA 212. Además de participar en las labores de ayuda a la comunidad tras el terremoto de febrero del 2010, en operativos médicos y en evacuaciones aeromédicas”.
En tanto, uno de sus mejores amigos, el Teniente (A) Sebastián Juster se refirió a sus cualidades personales, definiéndola como la más leal, decidida, y orgullosa de su familia. “Eras sin duda un ejemplo para nuestra bandada Templarios”.
Finalmente, el padre de Carolina señaló en sus palabras de despedida: “Teniente Fernández, entregaste tu vida al servicio de la Patria, por Dios hija, ¡qué orgulloso me siento de ti!”, calando hondo en los sentimientos de los presentes
