El Plan de Salud Mental dará prioridad a la detección precoz en la infancia y adolescencia y la atención a los trastornos severos
Sanidad prevé crear 254 nuevas plazas para alojar a pacientes psiquiátricos
Asturias.-El consejero de Sanidad, Francisco del Busto, ha expuesto esta tarde en la Comisión de Sanidad de la Junta General del Principado las líneas maestras del Plan de Salud Mental 2015-2020, un documento que define la estrategia que seguirá el Gobierno para hacer frente a un problema que puede afectar uno de cuatro adultos y que es un factor clave en la salud global, debido al elevado grado de interrelación que existe entre ambas.
El texto incluye, entre sus principales líneas de trabajo, la detección temprana de los problemas en la infancia y adolescencia; la promoción de los tratamientos psicoterapéuticos, relegados en los últimos años frente al recurso a la medicación; la atención a los adultos con trastornos severos, y la lucha contra la discriminación social.
Del Busto ha explicado que se trata de un “plan ambicioso y documentado, un trabajo riguroso que ha sido consensuado con los profesionales y las asociaciones, y que responde bien a las necesidades que se detectan en los pacientes. Además, impulsa y desarrolla un modelo organizativo común a las diferentes áreas sanitarias, asignando los recursos con el objetivo de mejorar la calidad, la equidad y la continuidad de la atención, tratando de disminuir la variabilidad entre áreas sanitarias, servicios y programas”.
El plan recoge también un importante aumento de los recursos humanos, sobre todo en las categorías de psicología clínica, psiquiatría y enfermería especializada con el fin de incrementar las prestaciones psicoterapéuticas dirigidas a pacientes con trastornos comunes, graves y familiares, así como a actividades de apoyo a la atención primaria. Prevé, asimismo, crear 254 nuevas plazas en los próximos cuatro años, de las que 90 serán de alojamiento asistido, 73 psicogeriátricas en residencias del ERA y 91 en pisos tutelados.
La prioridad es la atención a los procesos de mayor gravedad y la prevención de la institucionalización con el fin de garantizar la mejor atención posible. Para ello, es necesario definir las estructuras que deben componer la red de salud mental y las prestaciones mínimas, así como los recursos profesionales y los ámbitos de cobertura, además de elaborar una guía de servicios con información de recursos y prestaciones disponibles. También se considera básico protocolizar la coordinación con la Atención Primaria de Salud y revisar y completar la implantación del programa de atención a personas con trastorno mental grave o severo en toda la red, con especial énfasis en la atención infanto-juvenil.
El plan promueve también la participación activa de los movimientos sociales de pacientes, de familiares y, en general, de las organizaciones ciudadanas y profesionales comprometidas con los derechos y la integración social de grupos vulnerables. Para ello, la consejería creará “un órgano de participación con reglamentación propia para que resulte más fácil la implicación de los usuarios en la elaboración de planes, estrategias y programas así como en la planificación e implementación de las actividades de promoción de la salud y de lucha contra el estigma”, ha anunciado Del Busto.
El 19,9% de la población adulta asturiana tiene riesgo de mala salud mental, con una mayor incidencia en las mujeres (24,7%) que en los hombres (14,5%). Por grupos de edades, los valores de riesgo son mayores en los tramos más elevados, de más de 65 años (24,2%), que en los menores de quince años (15,6%).