No es mi objetivo con estas líneas intentar adivinar el resultado del referéndum sobre el Brexit del próximo jueves 23. Todos hemos escuchado o leído la conveniencia, por parte de británicos y resto de europeos, de que Reino Unido permanezca en la Unión Europea, pero ya sabemos que en el amor y en la política no manda la razón.
Así pues, puede que usted sea como uno de tantos inversores que estos días se pregunte qué hacer con sus inversiones ante semejante evento de consecuencias no del todo predecibles. La primera opción de muchos es reducir la exposición al riesgo, “para entrar otra vez cuando las cosas estén más claras” (palabras textuales en la mayoría de casos). En esa situación, yo les pregunto: ¿Y cuándo cree usted que sería buen momento para volver a entrar?. Es decir, la renta variable es precisamente eso, variable, por lo que siempre ha estado, está y estará sujeta a riesgos e incertidumbres previstas o imprevistas. O dicho en cristiano: siempre va a haber noticias, datos macro, acontecimientos geopolíticos, bélicos, etc. que nos condicionen y nos siembren de dudas en el corto plazo.
Supongamos que usted desinvierte, gana la opción de salir de la UE y los mercados caen un 10 % (p.ej.) en dos días. ¿Entrará usted en ese momento buscando un buen precio o le asustará la idea de caer otro 10 % añadido porque, en ese instante, no se verá el suelo hasta el que pueden caer las bolsas?. Y como ninguna bola de cristal nos anunciará que ha cesado la caída y comienza la remontada, muchas veces uno vuelve a entrar en el mismo precio o superior al que salió.
Sin embargo, si gana la opción de permanecer en la UE y los mercados registran una fuerte subida (p.ej. un 10 % en tres días), ¿entrará usted pensando que las aguas estarán más tranquilas o le asustará pensar que una subida tan fuerte puede ser preludio de una corrección?. En este caso, uno espera (y se desespera) viendo como las bolsas suben y no ha invertido, “perdiendo” la rentabilidad que están ganando otros. Y la Ley de Murphy dice que, cuando ya no pueda esperar más y aumente su exposición al riesgo, será precisamente en ese instante cuando empiece la corrección.
Como conclusión, siento ser insistente con la idea ya comentada en artículos anteriores, pero me parece determinante diferenciar especulador a corto plazo de inversor a largo plazo. El primero, aunque pretenda anticiparse, suele ir detrás de los mercados y, salvo un trader experimentado, va a perder más veces de las que va a ganar. El segundo puede perderse oportunidades en el corto plazo, pero con una buena diversificación de activos (geográfica y sectorial) tiene más posibilidades de ganar en el medio y largo plazo. Así que, con ayuda de su agente financiero, prepare una buena estrategia capaz de aguantar chaparrones… y políticos.