El acusado de matar a un hombre en Gijón dió 28 cuchilladas y un machetazo en "legitima defensa"

El acusado de matar a un hombre en Gijón dió 28 cuchilladas y un machetazo en "legitima defensa"

El acusado reconoce haberle matado pero alega legítima defensa

 

"En ningún momento se me ocurrió que había matado a alguien", sostiene el otro procesado

 

El hombre acusado de asesinar a puñaladas a otro en su casa en Gijón, M.A.D.L., ha reconocido haberle matado pero ha alegado que la víctima, a la que conocía del negocio de la venta de drogas, le agredió primero tras mantener una discusión y él se defendió. Ha dicho no recordar, en cambio, el haberle causado 28 heridas con un cuchillo que llevaba con él ni haberle golpeado con un machete de cocina que cogió en la casa de la víctima.

Así lo ha indicado en el juicio con jurado popular iniciado este lunes en la Sección Octava de la Audiencia Provincial de Asturias con sede en Gijón, en el que se juzga también a un amigo del acusado, J.L.C.C., por encubrimiento, al sostener las acusaciones que este conocía que se había cometido el crimen y le había ayudado posteriormente a deshacerse de varios efectos que M.A.D.L. cogió de la casa, algunas para evitar ser relacionado con el asesinato y otras para su bien personal, como dinero y heroína.

Durante el juicio, M.A.D.L. ha asegurado que no fue a la casa de la víctima con intención de matarle, sino de aclarar una deuda que tenían desde hace años y para adquirir más heroína. Según él, sabe que le apuñaló y lo mató pero no recuerda haber cogido el machete de la cocina para seguir golpeándole en la cabeza una vez que estaba tendido en el suelo ni tampoco la intensidad de la agresión. La víctima falleció de un shock hemorrágico, causado por las puñaladas en el pulmón y el corazón.

"Sé que lo maté", ha apuntado, para insistir después en que actuó en legítima defensa y que la víctima le amenazó y le hirió en una mano. Ha concretado, además, que cuando va a comprar heroína o a zonas conflictivas suele llevar consigo una navaja o un cuchillo, y en este caso había llevado uno de la casa que convivía con su pareja en aquella época.

Asimismo, ha apuntado que ese día había tomado heroína y trankimazín, y que tenía descontrolada la medicación por aquel entonces. Ha puesto en duda, además, el que le llegara a confesar al otro acusado el crimen, pero sí recordaba haber limpiado la sangre de la víctima. "Había ese desastre ahí", ha señalado.

En cuanto a J.L.C.C., ha declarado que conocía al otro acusado de hacía muchos años y que cuando vino a su casa, en Candás, pensaba que era porque había roto con su pareja. De hecho, dijo que había pensado que la bolsa que llevaba y metió en su coche eran efectos personales suyos, y, cuando el otro le dijo de ir a comprar una garrafa de gasolina para quemarlos creyó que eran de su novia.

NO SABÍA DEL CRIMEN

"En ningún momento se me ocurrió que había matado a alguien", ha sostenido. Y aunque dijo haberle acompañado a Verdicio en su propio coche, ha declarado que no se bajó de él y que no vio lo que contenía la bolsa. También ha relatado que ese día el otro acusado y él habían estado consumiendo heroína, a lo que ha explicado que creía que M.A.D.L. la había comprado con el dinero de una ayuda cobrada por el Ayuntamiento. No fue hasta unos días después, cuando se enteró del crimen, cuando sospechó que su amigo era el culpable.

A M.A.D.L. las acusaciones le imputan un delito de asesinato y también de robo, por los efectos que se llevó de la casa. En el caso de la Fiscalía, le pide 22 años de prisión por el delito de asesinato y el pago de una indemnización de 76.690,12 euros al padre y de 10.000 euros a cada uno de sus tres hermanos. La acusación particular, por su parte, eleva la petición de cárcel a 25 años y cinco años por el de robo.

Para el segundo acusado, el Ministerio fiscal pide dos años de prisión y la acusación particular tres, por el delito de encubrimiento. Esta última, además, pide una indemnización conjunta de ambos acusados a los padres de la víctima de 150.000 euros y de 30.000 euros para cada hermano.

Las defensas, por su parte, han pedido la libre absolución de sus clientes, y, en todo caso, que se aprecien una serie de atenuantes, como es la de drogadicción. En el caso de M.A.D.L., su abogado ha incidido en que si hubiera tenido intención previa de matarlo, no tenía sentido que hubieran iniciado una discusión, lo que suprime la posibilidad de ataque sorpresivo.

LEGÍTIMA DEFENSA

También ha apelado a la legítima defensa y al estado de intoxicación de su cliente, que padece un trastorno mixto de la personalidad con descontrol de impulso agresivo. Además, ha recalcado que confesó el crimen después de haber sido detenido y ha rechazado que se trate de un robo con violencia, al no haber intención previa.

Por este motivo, ha pedido que se tengan en cuenta eximentes completas e incompletas, o bien la atenuante de arrebato, si bien, en el caso de ser condenado, que lo sea por un delito de homicidio y no de asesinato a la pena de diez años de prisión.

Respecto a J.L.C.C., su abogado ha señalado que su cliente ni sabía que su amigo hubiera asesinado a la víctima, a la que también conocía, ni le entregó droga de esta para venderla ni sabía de qué efectos se deshizo el otro acusado, aunque le acompañó en su coche. Ha rechazado, además, que pueda servir como prueba que el otro acusado declarara haberle confesado a su defendido el crimen y le hubiera pedido ayuda para deshacerse de varios efectos de la víctima, ya que su testimonio carece de credibilidad, según el letrado

Ha pedido, igualmente, que se aprecie la eximente incompleta de drogradicción y que sea absuelto, y, en todo caso, de ser condenado, que se tenga en cuenta que actuó bajo influencia de la heroína, que los dos acusados habían consumido en ese día, y por su toxicomanía. El letrado también ha remarcado que jurídicamente no se le puede pedir el pago de indemnización alguna, al no tener relación, ni siquiera de colaboración, con el crimen y no estar penado el delito de encubrimiento con el abono de responsabilidad civil alguna.

ACUSACIÓN FISCAL

De acuerdo al relato fiscal, el acusado, por cuenta y a las órdenes de la víctima, se dedicaba a la venta de heroína. Asimismo, el acusado se habría quedado con una de las entregas, de 195 gramos. Sobre las 11.00 horas del día 21 de septiembre de 2014, este, provisto de un cuchillo de grandes dimensiones que llevaba oculto entre sus ropas, acudió al domicilio de quien le había hecho el encargo, en Gijón, con la intención de acabar con su vida.

Una vez en el domicilio y tras recriminarle la víctima que no hubiera hecho la entrega de la heroína y que se hubiera quedado con ella, el acusado comenzó a apuñalarle, y siguió haciéndolo en el suelo, incluso con un machete de cocina que había en la casa.

El acusado, asimismo, antes de abandonar la vivienda, limpió con una fregona varias zonas de la casa para intentar borrar pruebas, y se llevó consigo todo aquello que pudiera identificarle como autor de la muerte, así como 150 euros y unos 170 gramos de heroína.

A continuación, se dirigió al domicilio del otro acusado, en Candás, a quien confesó el crimen y le pidió ayuda para deshacerse de los efectos que se había llevado del domicilio de la víctima, excepto la droga y el dinero. El segundo procesado guardó en su automóvil los citados efectos y, con relación con la droga, el acusado del crimen se quedó con 40 gramos y el resto se lo entregó a su cómplice, con el fin de que procediera a su venta y repartirse el dinero obtenido.

Unos dos o tres días después del crimen, los dos acusados, con una garrafa de gasolina comprada por el segundo procesado, se dirigieron a una zona apartada de Candás y allí prendieron fuego a los efectos citados. Además, tiraron el cuchillo y machete de cocina a una zona boscosa, que no fueron recuperados.

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