Las cuatro personas que han desarrollado la enfermedad están recibiendo tratamiento, aunque no necesitan ser hospitalizadas
-Salud Pública realiza pruebas a todos los alumnos de infantil y primaria y a los trabajadores del centro educativo para tratar de determinar el foco de la infección
Asturias.-El servicio de vigilancia epidemiológica de la Dirección General de Salud Pública del Principado ha detectado un brote de tuberculosis en un colegio del área sanitaria I, con cabecera en Jarrio, en el que se han diagnosticado once infectados.
Ocho de ellos son niños de educación infantil, de los que tres han desarrollado la enfermedad. Los otros tres son adultos que trabajan en el colegio y de los cuales uno de ellos también presenta la enfermedad.
Todos los pacientes permanecen estables y han comenzado a tomar la medicación, aunque ninguno de ellos ha precisado hospitalización.
El servicio de vigilancia epidemiológica ha comenzado a realizar pruebas a todos los alumnos y profesores que han mantenido relación directa con los infectados, y a todos los estudiantes de infantil y primaria, para cortar la cadena de transmisión de la enfermedad.
La tuberculosis es una enfermedad producida por un tipo de bacterias denominadas mycobacterias. Esta patología, que se puede curar, afecta al aparato respiratorio, especialmente a los pulmones, aunque también puede dañar otras partes del organismo.
La detección y el tratamiento son los principales medios para evitar la difusión de esta enfermedad, que normalmente afecta más a los varones, y especialmente a las personas mayores de 75 años.
La infección se transmite de persona a persona a través del aire, aunque únicamente cuando un enfermo de tuberculosis tiene los pulmones afectados con presencia de los bacilos tuberculosos en las secreciones respiratorias (expectoración) que expulsan al aire cuando tose, estornuda o escupe. Para que una persona pueda quedar infectada debe mantener un contacto estrecho y prolongado con un enfermo que expulse los bacilos tuberculosos al aire. Por otra parte, aunque una persona se infecte, en muchos casos no llega a desarrollar la enfermedad.
Los niños pequeños, aunque pueden infectarse, casi nunca tienen capacidad de contagiar a otras personas, ya que las formas iniciales de enfermedad que se dan a estas edades solo presentan pequeñas cantidades de bacilos, apenas producen secreciones respiratorias que puedan expectorar y la fuerza de la tos es más baja. Por ello, cuando hay niños infectados o enfermos, siempre se debe buscar a un adulto enfermo que es prácticamente siempre la fuente de la infección.
La dirección de Salud Pública seguirá atenta a la evolución del brote y realizará todas las pruebas pertinentes hasta garantizar el control total del brote.