El Hospital Universitario Central de Asturias ha implementado en su área de oncología una herramienta tecnológica dirigida a garantizar una mayor seguridad en los procesos críticos. Mediante la adopción de esta solución, denominada 'Lug Traza', el centro ha desarrollado una metodología de trabajo que permite un control de la medicación individualizado y adaptado a cada paciente.
Según ha indicado la compañía comercializadora de la tecnología, esta metodología se basa en un sistema de gestión asistido por un software que guía a los profesionales que intervienen en la preparación de los tratamientos en la farmacia hospitalaria, pero también a los que se encargan de la administración de los fármacos a los pacientes en planta u hospital de día.
El sistema, que ya está activo en otros seis hospitales de España, minimiza de esta forma el riesgo de incidencias, tanto de aquellas inherentes al proceso, como de las que puedan derivarse de la intervención humana; mejora la calidad de los tratamientos y facilita la organización presupuestaria de cada partida.
Además de la mejora que supone para los pacientes oncológicos del HUCA, se prevé que la incorporación de esta tecnología pueda generar un ahorro de hasta un 10% en el presupuesto dedicado al gasto farmacéutico.
La trazabilidad que aplica esta metodología evita las incidencias y, por tanto la repetición de ciclos. Además, se produce un mayor aprovechamiento de los restos de fármacos gracias a que se controla mejor la estabilidad de cada producto.
Según datos extraídos del informe 'Estrategia de Seguridad del Paciente del Sistema Nacional de Salud 2015-2020', publicado por el Ministerio de Sanidad, se producen una media de 17 errores al día por cada 100 pacientes en actividades relacionadas con la prescripción, validación, dispensación y administración de medicamentos. Ese mismo informe estima el sobrecoste para el sistema nacional de salud de estos errores en más de 1.700 millones de euros anuales.