COAG condena lo sucedido con el lobo de Salas pero exige al Principado que abata ejemplares
Cruzado habla de guardas que suscriben informes falseados, dejando a los ganaderos sin indemnización
La secretaria general de COAG-Asturias, Mercedes Cruzado, no ha dudado este martes a la hora de condenar el episodio vivido este lunes en el municipio asturiano de Salas, donde apareció la cabeza de un lobo decapitado colgando de una señal de tráfico. No obstante, Cruzado ha vinculado lo sucedido con la situación que viven los ganaderos, con continuos ataques de los lobos a sus animales. Los profesionales están "indefensos" y "desesperados", según Cruzado.
En una rueda de prensa ofrecida en Oviedo, Cruzado ha exigido que el Gobierno asturiano, ante la "tremenda y difícil" situación, cumpla con lo establecido en el plan de gestión de lobos y acometa las batidas que están recogidas en el documento.
"Me parece deplorable y es un acto de vandalismo", ha dicho sobre lo acontecido en Salas. No obstante ha insistido en describir la sensación de los ganaderos que están viendo cómo sus animales mueren incluso al lado de sus casas, muchas veces lentamente, con "las tripas colgando".
A quienes defienden el lobo e invocan el bienestar animal, Cruzado ha dicho que también hay que defender el bienestar de los animales de los ganaderos, como vacas u ovejas, que muchas veces mueren embarazadas. A su juicio no hay dinero ni indemnización que pueda satisfacer lo que se pierde, porque los profesionales no sólo crían cabezas para el matadero sino también para la reproducción.
Además existe un componente psicológico, según ha explicado Cruzado. Es el que sale a relucir cuando el profesional llega a casa y se encuentra a un animal que ha criado "con todo el cariño" agonizando tras sufrir un ataque por parte de lobos. Cruzado, que es ganadera, lo ha descrito en primera persona y ha dicho que ella ha tenido "la suerte" de ver a sus animales ya muertos y no sufriendo.
"Cada vez hay más lobos", ha insistido. Además, ha señalado que, cada vez más, da la impresión de que "matan por placer". Ha referido casos de ataques en los que acaban con dos animales de gran tamaño tan sólo para comerse tres kilos de carne. "Nos están masacrando los terneros", ha dicho.
Ha señalado que los profesionales no piden la extinción del lobo. Pero sí su control que, ha explicado, sólo se puede conseguir matando ejemplares, tal y como ha quedado demostrado en las zonas donde se ha realizado en la manera adecuada. "No queremos que se extinga la especie, pero tampoco que haya un número desproporcionado", ha apuntado.
Los problemas no están sólo en los ataques, según Cruzado. También se encuentran en la manera en la que los ganaderos aspiran a cobrar algo por sus animales atacados. Cruzado ha afirmado del registro de 14 o 15 casos en los que los guardas dejaron un documento a los ganaderos afectados diciendo que había sido un episodio de ataque de lobo.
Sin embargo, según Cruzado, cuando los guardas envían el informe a la Consejería de Desarrollo Rural dan otra versión y afirman que la muerte del animal fue debida a "causas indeterminadas". Eso deja a los ganaderos sin indemnización. COAG ya ha formulado alegaciones por ello.
ACOTAMIENTO DE MONTES
Mercedes Cruzado ha aprovechado la ocasión para hablar de otra de los mayores quebraderos de cabeza de los profesionales, del que ha culpado al Gobierno asturiano. Se trata del acotamiento de los montes incendiados, de tal forma que si detectan a algún animal de una explotación ahí, sancionan al dueño.
Cruzado ha controlado que en muchas ocasiones es casi imposible controlar a los animales, por ejemplo en los casos en los que tenían la costumbre de pasar por allí para ir a beber a determinados manantiales. Por eso no entiende que se les sancione.
A su juicio, los ganaderos son víctimas de un "castigo encubierto" por parte del Gobierno de Asturias, que les hace responsables de los incendios forestales. Cruzado ha negado esa responsabilidad, y ha explicado que si existe algún caso es una excepción, de algún "perturbado".
Por ello, ha criticado que se tomen "represalias" contra todo el sector y ha dicho que los profesionales están perdiendo dinero al no poder incluir esa superficie cuando se solicitan ayudas de la Política Agrícola Común (PAC).