Etelvino Vázquez volvió a estremecernos junto a sus muchachos de Teatro del Norte el pasado viernes 22 de enero con ocasión del montaje de Yerma en la Sala Guirigai de Los Santos de Maimona, el clásico lorquiano escrito en 1934 que el talento del maestro Etelvino supo adaptar a la actualidad, si bien el drama existencial de Yerma, la mujer marchita, podría ser eterno, más allá de arcaicos idearios (supuestamente) superados porque Etelvino ha querido reflejar el hondo sentir de una mujer incomprendida y terriblemente sola, envuelta en su propia trampa de convenciones sociales y sobre todo enredada en un laberinto de sentimientos confusos que desatarán su locura.
Etelvino reinterpreta la obra de Lorca en un lenguaje simbolista y con rasgos surrealistas en la introspección de sus personajes girando el ángulo de visión desde el tiempo y el espacio retrospectivo que a través del flash-back realiza la protagonista (interpretada por el mismo Etelvino en una maestría interpretativa llena de brío y palpitación) retomando la acción desde su inicio encontrándonos unos personajes marcadamente oscuros, como es el caso de su marido Juan (interpretado vivamente por David González) y el coro de mujeres sintetizado en la Vieja, personaje sostenido por Cristina Lorenzo representando la propia conciencia de la protagonista y el sentir popular, reconviniéndola continuamente sobre la naturaleza del amor maternal que Yerma siente sobre su marido, carente de sensualidad y acentuado de servilismo con que cubrir la ausencia de la emoción amorosa viva y desbordante que siente sobre Víctor (Manuel Lobo) encarnación del deseo y que, obviamente, queda reprimido.
Yerma está obsesionada con ofrecer un hijo al mundo, pero su marido no lo desea. Y aunque ya sea estéril ella o él (situación insinuada en la obra) la escena se desborda y llega al paroxismo en un arrebato de frustración que origina y precipita la tragedia final.
Teatro del Norte desbordó al numeroso público asistente de pasiones desbordadas en otra de sus actuaciones memorables en su visita anual a la Sala Guirigai para ofrecernos una gran muestra de teatro haciéndonos plantear con Yerma la necesidad de ser coherentes con la naturaleza de nuestras propias pasiones.
Fuente foto: Teatro del Norte