Como suele pasar las malas noticias te llegan de golpe, de manera inesperada, y hoy acabo de encontrarme con que esta mañana falleció mi buen amigo el empresario Avelino Suárez, persona emprendedora y que apreciaba por lo menos desde hace 40 años en que nos conocimos cuando la Thyssen estaba construyendo su nave en Mieres con diseño de Avelino y del por entonces su socio Miguel y junto con el alcalde Eugenio Carbajal nos reuníamos para celebrar la inminente puesta en marcha de la factoría en Casa Gervasio.
Avelino Suárez, de Llanera, fue presidente regional y nacional del Colegio de Ingenieros Técnicos de Minas, profesión por la que luchó situándola en el lugar social que le corresponde. De personalidad abierta, arrolladora, diría, fue un excelente relaciones públicas de su tierra y creó en el Parque Tecnológico de Llanera la empresa Impulso que llegó a tener una plantilla de cien titulados superiores diseñando plantas industriales que dieron fama al Principado como la dedicada a la cría de rodaballos cerca de Oporto, en Portugal, para Pescanova o los parques industriales que construyó en Angola, país con el que tuvo una estrecha relación hasta el punto que el gobierno de Angola le nombró cónsul en nuestra tierra, el primer que hubo en España.
Tuvo la deferencia a lo largo de los años de invitarme a las bodas de sus hijos, los tres trabajan en Impulso, y durante muchos ejercicios junto con José María Iturrate y otros amigos nos reunímos a comer el desarme en Casa Laureano en Posada de Llanera lo que aprovechábamos para examinar en compañía de unos excelentes garbanzos la situación asturiana en la que tanto él creía aunque en los últimos tiempos estaba preocupado, como todos, por cómo van las cosas en nuestra autonomía.
Una de sus mayores satisfacciones fue la de ser distinguido con la Medalla al Mérito en el Trabajo en su categoría de oro, entre otras muchas distinciones. En verano, para cargar pilas, se recluía en Celorio donde también una vez al año nos convocaba a su fiesta familiar siempre de lo más animada.
Debido a la crisis últimamente estaba abriendo mercados en Hispanoamérica con el empuje que le caracterizó a lo largo de la vida ya bajo ningún concepto se le había pasado por la cabeza tirar la toalla, sabedor como buen empresario emprendedor que era que las dificultades hay que vencerlas con trabajo e ilusión.
Conocer su fallecimiento me ha supuesto todo un mazazo. No está tan sobrada nuestra región de emprendedores. Siempre llevaré a Avelino Suárez en el pensamiento. Para los asturianos emprendedores siempre será su ejemplo un impulso creativo. Se nos ha ido en la flor de la vida. Descanse en paz y un fuerte abrazo a su viuda e hijos.