El regionalista cree que el ministro tiene "mucha cara" y le invita a que "venga" a Cantabria y "pague él" a los proveedores

Santander (E.P.).-   El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, ha asegurado que en Cantabria "nos sublevamos" contra las políticas del ministro de Hacienda y Administraciones Públicas en funciones, Cristóbal Montoro (PP), que a juicio del regionalista tiene "mucha cara", entre otras cosas por decir que "la culpa" del incumplimiento del objetivo del déficit es de las comunidades, "como si fuéramos unos manirrotos".

   Por eso, el también secretario general del PRC ha propuesto una reunión "urgente" de presidentes autonómicos para "poner las cosas encima de la mesa", y que las comunidades hagan también un "frente común" para, como ha insistido, "poner en Madrid las cosas claras".

   Así lo ha señalado este miércoles el regionalista a preguntas de los periodistas a propósito de la advertencia del dirigente 'popular' a Cantabria por el retraso en el pago a proveedores, llegando a amenazar con sanciones si no se reduce el tiempo de demora.

   Sobre este asunto, y preguntado por posibles medidas para rebajar el plazo, de los 34 días actuales a 30, Revilla ha señalado que "si se puede", se reducirá. Y, si no, ha apuntado, dirá a Montoro "que venga" a Cantabria y que "pague él" a los proveedores.

"MONTORO NOS HA METIDO EN ESTE AGUJERO"

   Al hilo de esta cuestión, y en relación también al incumplimiento del déficit, el jefe del Ejecutivo cántabro ha manifestado que el ministro, que está en una situación de "interinidad", "podrá decir lo que quiera", pero es él "el que nos ha metido en este agujero".

   Y lo ha hecho, según ha explicado, al decidir bajar los impuestos durante la campaña electoral lo que conlleva ahora el ajuste de entre 12.000 y 20.000 millones de euros que Bruselas ordena a España, por el incumplimiento del déficit que Montoro "carga" a las comunidades pero con el que "nada tenemos que ver nosotros".

   También se ha referido el dirigente cántabro al "agujero" de la Seguridad Social, -al que también se atribuye el déficit- debido al descenso de las cotizaciones y pese al incremento de las contrataciones, algo que Revilla ha achacado a que son "contratos basura", para que "tres" personas hagan lo que antes hacía "una". "Han fraccionado el trabajo", ha denunciado.

   Con todo lo anterior, el presidente cántabro se ha preguntado "¿qué quiere este señor? ¿Que no paguemos?", a lo que ha respondido que en esta región no se va a dejar de financiar la atención a la dependencia, la sanidad o la educación.

   Porque en Cantabria, ha sentenciado no ha habido "despilfarro" -"de nada"-, sino que ha habido que hacer un "ajuste inevitable", por el que el déficit ha pasado del 1,67% del PIB regional al cierre del año 2014 al 1,38% al término de 2015, y tras incluir, en este último ejercicio, las cuantías correspondiente al abono de parte de la extra suprimida a funcionarios, de las obras del Hospital Valdecilla o de los fármacos para los enfermos de Hepatitis C, fármacos que han supuesto "un montón de millones de euros" y que Cantabria va a seguir administrando.

   También va a seguir pagando el Gobierno regional las nóminas de los profesores y médicos -que no se van a "reducir"-, ayudas a la dependencia o prestaciones a los parados, ha asegurado el presidente, que ha apuntado en relación al ajuste que no se están "haciendo inversiones", como por ejemplo en obra pública. "No estamos haciendo nada".

"¿QUIEREN QUE ESTO EXPLOTE?"

   A juicio de Revilla, Montoro -y los que "salgan" tras el pacto de gobierno (que cree que no va a haber) o después de las elecciones- deberían ir a Bruselas a ver "qué quieren" que se haga en un país como España con un 22% de paro y 2,3 millones de desempleados que no perciben ninguna prestación, según ha cifrado.

   Tras apuntar si en la Unión Europea quieren "dejar a los niños sin escuela" o a las personas dependientes "sin ayuda", Revilla se ha preguntado si lo que "quieren" es "que esto explote". "Nosotros no lo vamos a consentir", ha advertido.

   En su lugar, cree que Europa debería "echar una mano" y apostar por una política social, "no sólo" por una "para los bancos", y favorecer que la deuda vaya disminuyendo de forma "gradual".