El Consejo Evangélico del Principado de Asturias (Cedpa) ha desvinculado este martes al "supuesto pastor" que será juzgado el próximo 20 de abril por supuestos abusos sexuales a dos menores. Desde Cedpa han resaltado que el acusado no es miembro de "ninguna" Iglesia evangélica de Asturias, "ni mucho menos ha sido ordenado pastor o reconocido como tal".
Así lo ha afirmado el pastor evangélico de Gijón Luis Rubiales a Europa Press. Si bien ha reconocido que "nadie tiene el monopolio del uso del término evangélico", sí existen entidades que "reconocen y avalan a las iglesias y pastores evangélicos en una relación fraternal, de forma consensuada y legal", como el Consejo Evangélico al que pertenece Rubiales.
Según el Cedpa, este "autodenominado pastor evangélico" no tiene el "aval" que otorga el Consejo para ser reconocido como tal. "Más bien al contrario", ha matizado. En este caso, ha explicado Rubiales, se trata "sin ninguna duda" de un "falso pastor evangélico" que "se autoproclama a sí mismo como tal sin ningún fundamento".
Por otro lado Rubiales ha mostrado el "dolor y total solidaridad" de la Iglesia Evangélica asturiana con quienes sufren "cualquier tipo de abuso sexual y espiritual". Para el pastor, ante esta situación "solo cabe la denuncia y caso de comprobarse los hechos, la condena que los mismos merezcan", sea o no un verdadero pastor evangélico.
LOS HECHOS
La Fiscalía del Principado de Asturias ha solicitado para el acusado un total de 22 años de prisión por haber abusado sexualmente de dos menores, una nacida en 1996 y otra en 2000. Una de ellas llegó a quedarse embarazada y tuvo un niño, según han confirmado a Europa Press fuentes jurídicas. El juicio tendrá lugar en la Sección Octava de la Audiencia Provincial de Asturias, con sede en Gijón, los días 20 y 21 de abril.
Según el relato de hechos, las dos menores, amigas entre ellas, pertenecían a la Iglesia Evangélica y acudían al culto que oficiaba el acusado desde 2010, primero en Lugones y posteriormente en Villaviciosa, donde residían. En Villaviciosa acudían inicialmente a un local de la Iglesia Evangélica y cuando cerró, lo hicieron en casa del procesado.
Este estaba casado con una mujer de nacionalidad sudamericana, al igual que las niñas, lo que estrechó el vínculo de confianza entre las familias de las menores y el procesado, de tal forma que a veces quedaban en casa de este y su esposa.
El procesado, supuestamente aprovechaba esos momentos para abusar de las dos menores, aunque solo mantuvo relaciones sexuales completas con la mayor. Fue a raíz del embarazo de esta cuando se presentó la denuncia, en 2012, y se descubrió los abusos a la otra niña.
Aunque el acusado negó los hechos inicialmente, a raíz de la prueba de ADN del niño que tuvo la menor que certificó su paternidad, posteriormente confesó que había mantenido relaciones con las menores, según él consentidas. En el momento de los hechos, el hombre, natural de Asturias, tenía 52 años.