La celebración de la cita musical este año está en el aire, después de que el Ayuntamiento de Carreño haya decidido sacar a concurso público una partida de 20.000 euros para la organización de eventos musicales, en lugar de aprobar una subvención por concesión directa para el Rebolleres Rock, como hacía en años anteriores.

   Los organizadores se quejan de tener que esperar hasta la resolución de dicho concurso para saber si contarán con ayuda pública y en qué cuantía. En ediciones anteriores ya tenían la ayuda confirmada a principios de año para poder firmar los contratos con los grupos e iniciar las gestiones organizativas.

   En la iniciativa, Trisquel señala los destinos concretos del dinero recaudado. La mayor parte del presupuesto del festival (12.000 euros) es para pagar a los grupos participantes. Otras cuantías se dirigen a provisión de otros aspectos, tales como el equipo de luz y sonido o los productos que se ofrecen en la barra del evento.

   Trisquel ha dejado claro que quiere mantener el carácter cultural y solidario del festival, y mantener, por tanto, todas las actividades complementarias que se desarrollaron en años anteriores, tales como la recogida de alimentos de Cruz Roja, así como las exposiciones culturales o la instalación de la jaima saharaui.