Cuatro agentes de la Policía Local de Oviedo están llamados a declarar en calidad de investigados por un supuesto delito de torturas, lesiones y amenazas contra el abogado Javier García López. Será el 2 de junio en el Juzgado de Instrucción número 4 de la capital.
Javier García López ha presentado una querella criminal contra estos cuatro agentes, a los que acusa de hacerle "todo tipo de tropelías" durante el tiempo en el que permaneció arrestado, el 19 de agosto de 2014, acusado de atentado contra la autoridad cuando se iba a someter a un control de alcoholemia. El denunciante ya ha declarado en sede judicial también como investigado por estos hechos. Ambas querellas han sido unificadas en una única causa.
Según la versión de García López, en declaraciones a Europa Press, sobre las doce de la noche fue abordado por agentes locales para hacerle un control de alcoholemia cuando iba a entrar con su coche al garaje de sus padres, en la calle Caveda, en Oviedo. López, que dio positivo en el control, intentó grabar con su móvil a dos de los agentes desconfiado por su actitud agresiva, motivo por el que asegura que fue reducido violentamente, tumbado en el suelo, esposado, y metido dentro del coche policial "como si fuera un saco de patatas".
El lance, según afirma el abogado, le produjo varias lesiones, entre ellas una herida en la nariz, por lo que solicitó ser trasladado al HUCA. Según su versión, fue en la unidad de detenidos de las urgencias del Centro Hospitalario donde sufrió la peor parte. Afirma que los dos agentes que lo custodiaban lo agredieron, lo amenazaron y se burlaron de él.
Concretamente, acusa a uno de ellos de darle varios golpes en la cara después de esposarle las manos a una silla que estaba fijada en el suelo. "Yo le había dicho que iba a para general de brigada y se había quedado en patrullero de noche, y se cabreó mucho", afirma el denunciante.
PATADAS EN LA CABEZA
Posteriormente, según su versión, llegaron otros dos agentes para trasladarlo de nuevo al cuartel. Reconoce que en ese momento ofreció resistencia pasiva. "Si eran capaces de hacerme eso en el Hospital qué podrían hacerme en los calabozos", afirma. Asegura que entonces fue tirado al suelo y pateado en la espalda y en la cabeza, y le que pusieron una bota encima de la cara. Después, continúa, lo llevaron arrastrado por los pasillos del HUCA hasta el coche.
Durante el traslado del hospital al cuartel de la Policía en Rubín afirma que los agentes entraban en las rotondas "a toda velocidad, como si fuese un rally", para que se cayese y golpease contra las puertas, al estar esposado y no tener cinturón de seguridad. Asegura también que al salir del vehículo, ya ante la puerta del cuartel, le pellizcaron los muslos. Reconoce, eso sí, que durante el tiempo que estuvo en las dependencias de la Policía Municipal no sufrió ningún maltrato, pero que pudo oír cómo elaboraban el atestado. "Ponían lo que les daba la gana. Era todo falso", denuncia.
García López ha subido un vídeo a Youtube en el que muestra las heridas sufridas. Se lo grabó un amigo momentos después de su puesta en libertad al día siguiente por la mañana, tras declarar ante el juez. Afirma contar con dos partes médicos que detallan las lesiones sufridas en varias partes del cuerpo. Una de ellas, en los hombros, necesitó tratamiento, explica. También cuenta con un parte psiquiátrico, dado que aún acude a un especialista para superar el trauma emocional.
"Ahora cada vez que tengo que asistir a un detenido", señala el abogado, "me acuerdo de lo que me pasó a mí cuando estuve en el arrestado, y no se lo deseo a nadie".
Foto: Manuel García López.