Asturias.- El presidente del Principado, Javier Fernández, y la consejera de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente, Belén Fernández, han presentado hoy en un acto celebrado en el Palacio del Conde de Toreno, en Oviedo, el documento de avance de las Directrices Subregionales de Ordenación del Área Central de Asturias, elaborado con el objetivo de aprovechar las fortalezas de esta área metropolitana y atajar las disfunciones que surgen como consecuencia de un crecimiento desordenado.
La propuesta se someterá a información pública durante los próximos dos meses (45 días hábiles), periodo durante el que se organizarán reuniones, presentaciones y actos con el fin de favorecer la participación ciudadana en la configuración del Área Metropolitana de Asturias (AMA). Además, sus contenidos se presentarán de una forma más sencilla a través de la página web www.directricesasturias.es, que servirá también para recoger aportaciones y sugerencias.
Belén Fernández ha explicado que en el centro de Asturias se ha conformado una realidad urbana compleja que, considerada en conjunto, ocuparía el séptimo lugar en la red de ciudades españolas y la novena de la Península Ibérica, tras Madrid, Barcelona, Lisboa, Oporto, Valencia, Sevilla, Málaga y Bilbao.
De acuerdo con criterios morfológicos, demográficos y relacionales, el AMA puede definirse como un sistema urbano policéntrico integrado por 29 municipios que concentran el 85% de la población y cerca del 90% de la riqueza. Sobre un mapa, el área resultante podría asimilarse a un hexágono, cuyos vértices, enumerados en sentido horario, serían Gozón, Villaviciosa, Nava, Pola de Lena, Grado y Muros de Nalón.
La consejera ha precisado que ni la legislación actual sobre ordenación del territorio ni ningún instrumento de planeamiento obligan a formular estas directrices. Sin embargo, son necesarias, puesto que en ausencia de planeamiento no cabe esperar que la localización de las actividades responda a criterios de racionalidad espacial, sino que tenderá a minimizar los costes y maximizar las economías de aglomeración. En este escenario, la situación más probable a medio plazo sería que continuase el crecimiento desordenado y el desarrollo urbano difuso con un ritmo e intensidad estrechamente vinculados a la evolución de la economía y con consecuencias negativas no sólo en términos de productividad, sino también de calidad ambiental y cohesión social.
Así, el Área Metropolitana de Asturias debería entenderse como un espacio o proyecto de cooperación sustentado sobre los principios de reconocimiento y respeto mutuos, subsidiariedad y eficiencia. Para vehicular esta cooperación y procurar la mayor integración funcional, se plantean como alternativas la creación de un Consejo Metropolitano o de un Consorcio Metropolitano de Asturias, como los de agua o residuos. En este caso, el consorcio sería responsable de administrar los intereses metropolitanos con un enfoque integrado y estratégico, y de configurar una metropoli dinámica atractiva para vivir, trabajar e invertir, y con una relevancia creciente en el sistema de ciudades de la fachada atlántica europea.
Siete directrices
El avance de las directrices incluye diversas medidas organizadas en siete propuestas orientadas a: contener la tendencia a la urbanización difusa y fomentar un modelo urbano compacto en un área donde solo el 15% de la superficie resulta apta para el desarrollo urbano; intervenir en espacios urbanos consolidados, como Gijón (vinculado a la supresión de la barrera ferroviaria y penetración del ferrocarril), Avilés (orientado a la integración de las vías del ferrocarril, y al desarrollo de la Isla de la Innovación como nuevo macroespacio de centralidad en torno a la ría) y Oviedo (ligada a la ordenación de los espacios vacantes en El Cristo y La Vega); contribuir a la revalorización del medio rural y protegerlo de las tensiones urbanísticas, y crear cinturones y anillos verdes en las áreas periféricas de las ciudades, así como corredores fluviales.
El trabajo aboga igualmente por optimizar el suelo industrial del área y favorecer la economía sistenible, internacionalizada e innovadora, así como por aprovechar el potencial logístico-portuario del centro de Asturias para mover bienes entre las regiones europeas, gracias a los puertos de interés general del Estado y a la Zona de Actividades Logísticas.
Las directrices prestan una especial atención a la ordenación de enclaves singulares, como las comarcas mineras, o estratégicos, como el triángulo Oviedo-Posada de Llanera-Pola de Siero, un ámbito de gran dinamismo y concentración de actividades residenciales, industriales, comerciales y de ocio, pero sin un esquema territorial global previo, lo que la convierte en un área próxima a la saturación.
En lo que respecta a los equipamientos metropolitanos, como criterio general se propone un modelo en red frente a los esquemas centralizados, y se identifican los sistemas de atención hospitalaria y el de equipamientos universitarios como aquellos con mayor poder estructurante dentro del Área Metropolitana. También en este apartado se defiende la conveniencia de restringir los grandes equipamientos o complejos comerciales, y se apuesta por fomentar, en su lugar, el comercio de proximidad y las medianas superficies.
Uno de los aspectos fundamentales del avance es la apuesta por un plan de movilidad sostenible, basado en la potenciación de itinerarios para peatones y ciclistas y de los transportes públicos colectivos; la mejora del ferrocarril de cercanías (que podría duplicar el número de viajeros); la universalización del billete único; medidas para animar el uso combinado de los distintos modos de transporte, como la penetración ferroviaria en las ciudades, y la implantación de nuevos títulos de transporte.
Por último, se proponen acciones para lograr áreas urbanas innovadoras y socialmente cohesionadas y se evidencian las fortalezas de incluir la nueva zona en el club de las Áreas Metropolitanas Europeas de Crecimiento.
FOTO_: ARMANDO ÁLVAREZ