La corrupción política provoca sociedades menos honradas

La corrupción política provoca sociedades menos honradas

¿Influyen aspectos como la corrupción o el fraude político en el comportamiento de los ciudadanos? Según un estudio con más de 2.500 jóvenes en 23 países, entre ellos España, estas malas prácticas suelen crear sociedades con individuos menos honestos que en aquellos países en donde hay bajos niveles de corrupción y se tiende a respetar más las reglas

 

Científicos de la Universidad de Nottingham (Reino Unido) han investigado cómo se relacionan en una sociedad la corrupción política y el fraude con la honestidad de los ciudadanos. Para ello, han elaborado un índice sobre la prevalencia de violación de las reglas  (PRV, por sus siglas en inglés) y han descubierto que estos aspectos de la vida pública ejercen una fuerte influencia en la honradez de las personas.

"Algunas personas están dispuestas a romper las reglas si muchas otras también lo hacen", dice Gächter

De esta manera, las sociedades con bajos niveles de corrupción, evasión y fraude suelen contar con individuos más honestos que aquellas que tienen unos niveles altos, según refleja el estudio publicado esta semana en Nature.

“Diversos investigaciones en sociología y psicología social ya sospechaban que existía una conexión entre las malas prácticas políticas y la honestidad ciudadana dado que, por ejemplo, algunas personas están dispuestas a romper las reglas si muchas otras también lo hacen. Sin embargo, no se había demostrado dicha relación hasta ahora”, explica a Sinc Simon Gächter, coautor del trabajo.

Gächter y sus colegas construyeron un índice PRV de 159 países utilizando datos demográficos y económicos disponibles desde 2003, sobre fraude político, fraude fiscal y corrupción.

Los investigadores llevaron a cabo experimentos de comportamiento, basados en recompensa, con 2.568 jóvenes (con una media de edad de 21,7 años) de diferentes extractos sociales y procedentes de 23 países –entre ellos España, Italia, Suecia y  Reino Unido– y compararon los datos del periodo de estudio (2011-2015) con los datos de 2003 sobre corrupción, evasión fiscal y fraude político.

Con este lapso de ocho años, los científicos se aseguraron de que los sujetos del experimento –todavía unos niños en 2003– no pudieron haber cometido violaciones de las reglas y, por tanto, no influyeron en el PRV de aquel momento.

Gente honesta 

En el experimento, se sentó a los participantes en una cabina aislada, se les pidió que lanzaran un dado dos veces y que dijeran qué resultado habían tenido la primera vez. Después recibirían una cantidad de dinero que sería mayor cuanto más alto fuera el número obtenido. No se podía saber si habían mentido, ya que el resultado solo lo conocían ellos. 

"No podemos juzgar si los individuos son honestos de forma individual, pero en un grupo de gente si se puede calcular basándonos en las leyes de la estadística", dice Gächter.

El equipo observó que los números registrados eran más altos de lo esperado si los participantes hubieran informado sobre el verdadero resultado de su tirada. Aunque no todos dijeron haber sacado números altos.

“Siempre hay cierta tendencia a mentir un poco. Por ejemplo, a los participantes se les dijo que deben decir el primer número que ha salido. Algunos te dirán el resultado más elevado entre las dos tiradas. Pero a pesar de que siempre hay algún engaño aparente, la gente ha sido sorprendentemente honesta, teniendo en cuenta que podían mentir con impunidad”, comenta  el autor.

"España tiene un nivel bajo de violación de las normas y sus ciudadanos son honestos. Estudiaremos cómo han afectado los últimos casos de corrupción", dice Gächter

Según expone Gächter, algunas personas se enfrentan a la siguiente disyuntiva: la mentira es beneficiosa en términos materiales, pero es costosa en términos psicológicos, ya que es más difícil mantener una imagen positiva de uno mismo como persona honesta. Sin embargo, como pasa en el experimento, la gente engaña un poco porque eso no pone en peligro su imagen de honestidad. 

De acuerdo con el estudio, algunos de los países que más destacan en su relación de poca honestidad y violación de las reglas son Tanzania y Marruecos, mientras que los que presentan una relación fuerte entre la honestidad de sus ciudadanos y el cumplimiento de las normas son Alemania, Austria o Suecia.

El caso español

Gächter indica a Sinc que "España presenta un nivel bajo de violación de las normas y sus ciudadanos son bastante honestos en comparación con otros países. Es cierto que hay muchos casos de corrupción en España desde hace unos años. Sin embargo, hemos utilizado los datos oficiales del Banco Mundial sobre la corrupción, la evasión y el fraude político. No sé en qué medida los casos actuales influirían en esa estadística. Lo estudiaremos”, añade el investigador.

Otro resultado adicional que arroja el trabajo es que las sociedades con mayor seguridad material, medida por la eficacia de sus gobiernos, tienden a ser más individualistas y, por tanto, a ser menos corruptas. 

“Los resultados han revelado que la corrupción, el fraude, etc., no son solo perjudiciales por razones económicas, sino que también podrían tener un efecto negativo sobre la honestidad de cada persona”, resalta el investigador.

 

Foto

Vista general del hemiciclo durante la segunda votación de la investidura, en el Congreso de los Diputados. / Efe/SINC

 

Referencia bibliográfica

Simon Gächter y Jonathan F. Schulz. “Intrinsic honesty and the prevalence of rule violations across societies”. Nature DOI: 10.1038/nature17160. 9 de marzo de 2016

 

Dejar un comentario

captcha