Si a alguno de ustedes es amante del arte reconocerá enseguida esta imagen:
Para aquellos que nunca la hayan visto, me gustaría que la mirasen al menos 15 segundos para ver si determinan y/o observan algo extraño en la misma.
La escalera de Penrose, conocida también como “escalera infinita” o “imposible” es una ilusión óptica creada por los matemáticos ingleses Lionel Penrose y su hijo Roger Penrose. Junto con otros objetos imposibles, se pusieron en conocimiento de la Sociedad mediante un artículo publicado en 1958.
Esta escalera es la representación bidimensional de unas escaleras que cambian su dirección 90 grados cuatro veces, dando la sensación de que se sube o se baja a la vez, sea la dirección que sea. En su versión estricta de 4 escaleras unidas, su construcción 3D es imposible ya que la ilusión óptica de la imagen de Penrose “engaña” la perspectiva. Y es aquí donde me gustaría reflexionar detenidamente en el término perspectiva y poder aplicarlo a los mercados financieros.
La Teoría de la Perspectiva fue descrita por dos grandes psicólogos: Daniel Kahneman (Premio Nobel de Economía en el 2002) y Amos Tversky.
Esta teoría analiza la forma en la que las personas toman sus decisiones de inversión entre alternativas que conllevan riesgo. Partiendo de la evidencia empírica, la teoría describe cómo los individuos evalúan las potenciales pérdidas y ganancias que podrían generar sus inversiones.
El estudio de la toma de decisiones de inversión en contextos de incertidumbre (sujetos a una cierta probabilidad) es un aspecto recurrente en Economía y Teoría de Juegos.
Paralelamente, la Teoría Clásica de Estimación del Beneficio indica que las personas se decantarían en sus decisiones por aquella apuesta que supusiera la ganancia media más elevada (en términos probabilísticos), independientemente de la naturaleza de los diferentes escenarios posibles.
Esto es muy importante debido a que en la Teoría Clásica de Estimación del Beneficio, la expectativa de beneficio es simétrica a la pérdida, esto es, cuando los inversores invierten esperaran que tanto beneficios como pérdidas sean equivalentes.
Asímismo, Khaneman introdujo la importancia del punto de referencia en la toma decisiones, el framing. No sólo se trata de un valor subjetivo (la utilidad); a este valor debemos añadirle que la toma de decisiones depende de la fijación del punto de referencia ligado a cada decisión.
Los experimentos de Kahneman apuntan a que el punto de referencia no es el resultado de la realidad previa a la decisión sino que resulta del propio contexto en el que se formula la decisión. Esto es sumamente importante.
Por ejemplo, si a un inversor se le presentan dos opciones: la primera de ganar 9 euros, con una probabilidad del 100% y la segunda de ganar 10, con una probabilidad del 95% (que lleva implícita la posibilidad en un 5% de no ganar nada), es común que la mayoría se decante por un 100% de posibilidades de ganar 9 euros, pese a que probabilísticamente, la segunda opción cuenta con un valor esperado superior.
Esto lo podemos apreciar en el siguiente gráfico:
Esto es así porque se toma como punto de referencia el valor más seguro, en este caso el de 9 euros, y frente a éste se examina el otro escenario como un 5% de probabilidad de perder toda esta cantidad o un 95% de ganar 1 euro más.
En otras palabras, significa que los inversores conceden mayor peso a probabilidades reducidas de sucesos que producen grandes pérdidas en lugar de probabilidades elevadas de moderadas ganancias.
Parafraseando a Khaneman, “los inversores detestan perder más de los que adoran ganar”.
Precisamente es aquí donde radica el motivo de las actuales caídas, ya que lo que está sucediendo ahora mismo en los mercados financieros no es más que la Teoría de la Perspectiva.
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