Madrid.-(e.p.).-El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, reúne este sábado a su Comité Federal, convocado formalmente para poner fecha al 39 Congreso del partido, pero con la vista puesta en las posibilidades de formar una mayoría alternativa al PP. A tres días de que el líder de los socialistas acuda por segunda vez a Zarzuela, pensando en que en esta ocasión puede recibir él el encargo de intentar formar gobierno, los socialistas debatirán sobre los posibles compañeros de viaje, entre advertencias a Podemos y llamamientos a buscar un acuerdo más "transversal".
En esta reunión se pondrán encima de la mesa las diferentes sensibilidades en cada uno de los territorios. Sánchez conoce ya los matices que distinguen a cada federación ya que esta semana se ha reunido personalmente con sus 'barones', entre ellos los siete presidentes autonómicos, que han ido acudiendo a Ferraz desde el pasado lunes.
Entre los últimos dirigentes en acudir han estado los presidentes de Asturias, Javier Fernández, y Andalucía, Susana Díaz, que han estado con Sánchez en su despacho y han evitado responder a las preguntas de los periodistas. La presidenta andaluza se ha limitado a expresar su voluntad de colaborar para que el PSOE sea "un instrumento útil" para los españoles.
Susana Díaz, que durante el último mes no ha hecho muchas declaraciones, sí explicó este jueves que su posición no se ha movido "ni un milímetro" de lo que aprobaron los socialistas en el Comité Federal del 28 de diciembre: el PSOE no puede permitir que Mariano Rajoy siga siendo presidente del Gobierno y tampoco puede asumir un proceso de investidura "si los compañeros de viaje son los separatistas".
Mañana se espera que los socialistas se reafirmen en este documento, que fijaba como condición "indispensable" para poder sentarse a negociar con otros partidos la renuncia a postulados que rompan la unidad de España.
Y no está previsto que se vote ningún documento previo, ya que en el orden del día sólo figura el calendario interno, pese a que algunos dirigentes territoriales querían dejar más claro el rechazo a los independentistas, molestos todavía con la decisión de la dirección de ceder senadores a ERC y Democracia y Libertad para que tengan grupo propio en la Cámara Alta, para garantizar que no quieren su apoyo "ni por activa ni por pasiva".
Sin embargo, el 'número dos' del PSOE, César Luena, ha avisado que no pueden "fijar el sentido del voto a nadie", aunque ha garantizado que no van a buscar su apoyo.
CIERRE DE FILAS
Pese a que el ofrecimiento de un acuerdo de gobierno por parte de Podemos soliviantó a muchos socialistas --muy molestos con las formas, además de con el fondo-- y el debate se avivó con la aparición en escena del expresidente Felipe González, parece que en el PSOE hay intención de cerrar filas, para ofrecer una imagen de unidad frente a los ataques del partido morado y la actitud del PP, que con la renuncia a asumir la investidura, ha colocado toda la presión en su casa.
Así, las cosas, nadie dice que Sánchez no deba intentarlo, aunque se percibe distinto grado de confianza en las posibilidades de conseguirlo. Los sectores son los mismos que se vieron con claridad en el Comité Federal del 28 de diciembre, donde el conflicto surgió a raíz de la fecha del congreso que ahora no le quita el sueño a ninguno.
Aunque desde entonces se ha rebajado la tensión en público, todos son conscientes de las diferencias que existen entre la dirección y la mayoría de los presidentes autonómicos. El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, se ha referido a ello tirando de ironía cuando se le ha preguntado si, para buscar acuerdos, Sánchez mirará a la derecha o a la izquierda. "Lo veo mirando en todas direcciones, incluso mirando a su espalda", ha dicho.
Iceta no ha ahorrado en elogios al líder del PSOE. A su paso por Ferraz, también han dejado clara su absoluta confianza en Pedro Sánchez y en su capacidad de buscar acuerdos la presidenta de Baleares, Francina Armengol, y los líderes del partido en Castilla y León, Luis Tudanca; Galicia, José Ramón Gómez Besteiro, y Euskadi, Idoia Mendia. Todos han expresado su apoyo para buscar un acuerdo, en el que debe hablar con todos.
El mismo día que Felipe González cargó contra Podemos desde 'El País', Armengol defendía que no había que tener "miedos" a un gobierno con apoyo de Podemos y puso de ejemplo el suyo en Baleares. De hecho, ha subrayado que otros compañeros socialistas también lo hacen en otras comunidades autónomas, porque coinciden con Podemos en propuestas políticas.
LA NECESIDAD DE CONTAR CON CIUDADANOS
Mientras tanto, hay otros dirigentes que están insistiendo estos días en que un acuerdo de gobierno debe incluir a Ciudadanos. Entre ellos, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, que defendió que esto sería "realmente constructivo".
También ha abogado por esta fórmula el presidente de Aragón, Javier Lambán, defendiendo una alianza con Podemos e IU en la que "necesariamente" esté también el partido de Albert Rivera. Un día después de reunirse con Sánchez, Lambán explicó en Zaragoza que Ciudadanos daría "coherencia y solidez" a ese acuerdo y aseguró que Susana Díaz piensa "lo mismo" que él.
Y el presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, ha apoyado esta fórmula este viernes, asegurando que el PSOE debe hablar tanto con Podemos como con Ciudadanos, a partir de un programa "de contenido reformista adosado a posiciones de centro izquierda". A su juicio, Sánchez debe dirigirse "a los partidos que pueden sumar", porque no es verdad que haya una "mayoría de izquierdas en el Parlamento".
Así las cosas, todos los dirigentes que han pasado esta semana por Ferraz se han mostrado convencidos de que Sánchez aceptará intentar formar gobierno si el Rey se lo propone una vez concluya la segunda ronda de conversaciones, aunque siguen convencidos de que es Rajoy quien debe someterse primero a una investidura.
En lo que sí hay unanimidad es en que el PP no puede contar con el apoyo del PSOE en ningún caso, tal y como aseguraron que harían en el documento del pasado 28 de diciembre.
EL APLAZAMIENTO DEL CONGRESO
Ese día, y después de que los 'barones' llegaran a un acuerdo sobre esta resolución en una cena previa, el conflicto saltó a cuenta de la fecha del Congreso. De hecho, se llegó a hablar de la posibilidad de que algunos territorios presentaran firmas para forzar un nuevo Comité Federal que le pusiera fecha.
Esta fecha se aprobará finalmente mañana, aunque ahora nadie le da importancia. Eso sí, hay coincidencia en que se debe aplazar para solucionar primero la gobernabilidad y en que si finalmente se repiten las elecciones, tendrá que haber cambios.