USS/DICYT Un total de 30 iniciativas de la convocatoria nacional de “Estudios y Proyectos de Innovación en Agricultura Sustentable” fueron aprobadas por el Consejo de la Fundación para la Innovación Agraria, FIA, entre ellas el proyecto de la Universidad San Sebastián, “Desarrollo de un probiótico que fortalezca la producción y calidad frutícola de la industria del arándano”, liderado por Erica Castro, investigadora del Instituto de Políticas Públicas en Salud, IPSUSS.
El concurso, orientado a la gestión de recursos naturales, productivos y tecnológicos en forma sustentable que permitan enfrentar los cambios en el comportamiento de las variables climáticas que afectan estructuralmente al sector agrario, agroalimentario y forestal del país, escogió este proyecto de los arándanos que propone el desarrollo de un probiótico a base de Lactobacillus spp. aislados de insectos polinizadores y entorno silvestre, cuya implementación favorecerá la industria frutícola del arándano, incrementando la tasa de polinización, previniendo enfermedades en plantaciones y frutos, asegurando una mayor calidad y estabilidad post-cosecha de este berry.
En el sitio web de la FIA, su director ejecutivo, Héctor Echeverría, indicó que los proyectos seleccionados están orientados “para que puedan desarrollar y validar nuevas alternativas productivas que se adapten a los cambios observados en las variables climáticas y su comportamiento en el tiempo, o que generen soluciones orientadas a resolver problemáticas relacionadas con la alteración de rendimientos, de calidad y rentabilidad de los sistemas de producción por efecto de la variabilidad climática”.
Ante esto, los investigadores de la USS se dieron cuenta que la contaminación fúngica de frutas afecta el cultivo, cosecha, manejo, transporte y almacenamiento posterior de los productos; y si bien esta práctica es eficiente en controlar plagas, contaminaciones y enfermedades, conllevan efectos nocivos sobre el producto, el mercado, el recurso humano y el medio ambiente. Particularmente, el ecosistema es alterado afectando aquellas especies de insectos que proveen el servicio de polinización en la agricultura.
Castro explica que “el desarrollo de la propuesta se contempla en la Región del Biobío, y los estudios de campo se efectuarán en Monte Águila; así, los beneficios del empleo de este producto impactarán tanto al sector industrial como a la pequeña y mediana empresa, propiciando la obtención de un producto ambientalmente amigable, cuyas propiedades fomentarán una mejora integral de la industria, desde la génesis del fruto hasta la etapa postcosecha. De esta forma, también se fortalecerá el vínculo universidad-empresa”.
El plazo de ejecución de las iniciativas es de hasta 48 meses y Erica Castro explica que este proyecto está pensado a tres años, ya que requiere de todo un ciclo de producción, “porque aunque el producto se desarrolla en 12 meses hay que esperar la polinización, probarlo, ver la preparación de los frutos e incluso su almacenamiento y refrigeración”. Y es por lo mismo que la académica de la USS destaca que la adjudicación de esta iniciativa “es todo un logro para la institución, ya que fuimos la única universidad en la Región del Biobío seleccionada, lo que viene a fortalecer el trabajo en ciencias aplicadas que está desarrollando la Universidad San Sebastián”, concluye.