La investigación se inició  a raíz de la denuncia de un médico que manifestaba que en su nombre y con su número de colegiado se estaban adquiriendo medicamentos en dos farmacias de Gijón que él no había autorizado ni prescrito. Los propios farmacéuticos se habían percatado de esta situación anómala y habían alertado al facultativo que  de inmediato había puesto los hechos en conocimiento de la Policía.

   Los investigadores, tras el análisis de las recetas constataron que la mayoría de ellas tenían la misma numeración y que por tanto eran copias de una original. Fruto de esa investigación, se constató que la supuesta autora era una paciente del denunciante que había "clonado" una de las  recetas expedidas en el seguimiento de su tratamiento con el fin de conseguir más medicamentos del grupo de las benzodiacepinas y relajantes musculares. En total fueron intervenidas un total de trece recetas falsas.

   La arrestada tenía antecedentes por simulación de delito ya que había denunciado una estafa de 1.300 euros realizada con su tarjeta de crédito  en compras y pagos por Iinternet que habían sido efectuados por ella misma. La mujer también había denunciado en el año 2014 el extravío de varios medicamentos que acababa de comprar en una farmacia, con el único propósito de que el médico le volviera a prescribir nueva medicación.