La céntrica plaza de Longoria Carbajal ve estos días cómo su 'fuentona' se va cubriendo de tierra para su posterior ajardinamiento. Al ruido de los motores y del agua, rechazado por los vecinos y que desembocó en una decisión judicial que determinó su funcionaiento como tal fuente, la gran estuctura acabará sus días soterrada, como las antiguas mastabas, en beneficio de palomas, goriones, malvises y viandantes en general que, si no disfrutarán de los frescos chorros del agua y su cantarín sonido sí lo harán, en cambio, del multicolor espectáculo de las flores y plantas con las que se ajardinará su superficie.