En su intervención inicial de esta jornada de trabajo, la ministra de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Trinidad Jiménez, ha subrayado que tal y como resumió el presidente del Gobierno, lo que deseamos para los vecinos árabes es "ni más ni menos que lo que deseamos para nosotros", que no es otra cosa que"un ámbito de libertades y derechos que permitan el libre desarrollo de cada persona, hombres y mujeres, como ciudadanos y ciudadanas; y una prosperidad socioeconómica que garantice unas mínimas condiciones de vida en dignidad".

Asesoramiento y asistencia

La ministra ha señalado que desde principios de año el mundo ha presenciado que países como Marruecos, Jordania o Argelia deciden acelerar y profundizar las reformas emprendidas tiempo atrás en varios ámbitos, incluido el político. En estos casos la política del Gobierno, ha explicado, "debe ser de acompañamiento, ofreciendo asesoramiento y asistencia cuándo y dónde se nos pida. En la medida que el modelo español pueda ser útil, hemos de estar dispuestos a transmitir nuestra experiencia para lo que pueda valer".

Asimismo, ya bilateralmente, ya a través de la Unión Europea, Jiménez ha dicho que debemos movilizar recursos financieros y económicos para ayudar a estos países a superar un periodo de crisis y ajuste, pues, a su juicio, "sin una mínima prosperidad económica, las reformas políticas se topan con un escollo insalvable".

En este sentido, ha recordado que el presidente del Gobierno anunció, con ocasión de su visita a Túnez, una línea de crédito de 300 millones de euros a través del BEI en apoyo de los países mediterráneos en fase de transición. Asimismo, ha añadido que España prestará apoyo a las elecciones parlamentarias tunecinas de julio mediante una contribución de un millón de dólares a través del PNUD.

España, ha dicho, ha sido uno de los primeros países que expresó su apoyo a las fuerzas promotoras de las revoluciones y a los gobiernos de transición hacia la democracia, como hizo con la visita del presidente del Gobierno a Túnez en febrero.

Libia, Siria y Yemen

La ministra de Exteriores ha explicado que la situación se ha complicado cuando los regímenes autoritarios han optado por reprimir violentamente las revueltas, y el caso más "señero" es el de Libia, dijo.

España dejó claro desde el primer momento que, en el marco de una resolución del Consejo de Seguridad y previa invitación de los socios regionales, estaría dispuesta a participar en la ejecución del embargo de armas y de la zona de exclusión aérea, con la finalidad de proteger a la población civil.

Al mismo tiempo, el Gobierno considera, según ha sostenido Jiménez, que la solución política al conflicto debe ser lo más inclusiva posible, por lo que en ella ha de participar el Consejo Nacional de Transición Libio, ante el que el Gobierno ha nombrado a un enviado especial, y representantes de la Tripolitana y otras zonas de Libia, excluyendo a Gadafi y a su círculo familiar y militar más próximo.

Las revueltas en Siria y Yemen también están siendo sofocadas con violencia, ha dicho la ministra de Asuntos Exteriores, quien ha recordado que cuando se iniciaron los incidentes en Siria "condenamos enérgicamente las muertes de manifestantes inermes", y el pasado 14 de marzo cinco embajadores europeos, entre ellos el español, hicieron una gestión ante el Ministro de Asuntos Exteriores sirio exigiendo el cese de la violencia, el inicio de reformas creíbles y la liberación de presos políticos.

En el caso de Yemen, España está apoyando el intento de mediación entre el presidente Saleh y la oposición por parte de los países del Consejo de Cooperación del Golfo. Finalmente, respecto a Bahrein, Jiménez ha señalado que el Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea ha adoptado recientemente unas conclusiones que envían un claro mensaje a sus autoridades y otros Estados de la región.

Protección a los ciudadanos españoles

La ministra de Asuntos Exteriores ha subrayado que, desde los primeros conatos de violencia, la prioridad del Gobierno ha sido la protección consular de los españoles, residentes o turistas, que se hallaban en los países afectados. En este sentido, ha recordado las evacuaciones llevadas a cabo en Túnez, Egipto, Libia y Yemen.

Asimismo, ha proseguido la ministra, la represión Libia y el desgobierno en Yemen han dado lugar a situaciones de emergencia humanitaria ante las que España ha procurado actuar con celeridad. En Libia, recordó, se ha contribuido con más de 4 millones de euros a la asistencia humanitaria y de emergencia y anunció que, en estos momentos, se están enviando 5 toneladas más de ayuda humanitaria.

Para la ministra, las transformaciones que se están sucediendo en nuestra vecindad árabe y mediterránea son positivas y esperanzadoras, pero también conllevan riesgos a corto y medio plazo: flujos descontrolados de inmigración ilegal y trata de personas; acciones terroristas; o tráfico ilícito de armas, entre otras, sin olvidar el riesgo de que las fuerzas inmovilistas consigan frenar el afán de cambio mediante un empleo de la violencia generalizado.