Un equipo internacional con participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha descubierto que los Homo neanderthalensis ibéricos comían marisco hace 150.000 años.
El hallazgo, realizado en Cueva Bajondillo (Málaga), es el vestigio más antiguo de consumo de moluscos por parte de neandertales descubierto hasta el momento. Hasta ahora, los investigadores creían que las prácticas más antiguas de marisqueo las había realizado el Homo sapiens, según los descubrimientos realizados en el yacimiento de Pinnacle Point (Sudáfrica).
Sapiens y neandertales mariscaban a la vez
El investigador del CSIC Francisco Jiménez Espejo, afirma que “este descubrimiento sitúa a Cueva Bajondillo como el registro más antiguo de esta actividad en neandertales, ya que hasta ahora la prueba más arcaica localizada no superaba los 50.000 años. Pero no se queda en una cuestión de datación, ya que tiene importantes implicaciones para el conocimiento de la evolución humana”.
“Muchos investigadores argumentan que el marisqueo es uno de los comportamientos que define a los humanos modernos y, en cierta medida, una ventaja adaptativa que permitió que el H. sapiens se expandiera. Pero esta investigación demuestra que, en el mismo momento, los H. sapiens del sur de África y los H. neanderthalensis asentados en el sur de la Península Ibérica, aprovechaban estos recursos”, destaca el investigador del CSIC.
Cueva Bajondillo cuenta con un registro compuesto por 19 estratos arqueológicos que supera los 150.000 años de antigüedad, En ella se han documentado hasta la fecha vestigios de asentamientos del Paleolítico medio, el Paleolítico superior, el Epipaleolítico y el Neolítico.
El trabajo, liderado por el profesor de la Universidad de Sevilla Miguel Cortés Sánchez, es fruto de una colaboración de investigadores portugueses, ingleses y japoneses. Para este trabajo de campo y su análisis posterior se han utilizado las técnicas más modernas de análisis del registro arqueológico (polen, dataciones, tafonomía, microestratigrafía sedimentaria, análisis isotópicos, etc.).
FOTO: Restos de conchas encontrados en el yacimiento. Imagen: Miguel Cortés Sánchez-Universidad de Sevilla.