Quizás es que el Mediterráneo la dota de un color especial. Quizás sea que, al hallarse en una isla cercana a la Península, la ciudad ha sido punto de paso de diversas culturas, que han dejado su legado en una forma u otra. El caso es que Palma de Mallorca ha sido y es hoy en día un foco de atracción de artistas y amantes de la cultura por igual.
Pese a no haber nacido en Palma, uno de los artistas que más legado dejó en la ciudad fue. Joan Miró. El pintor catalán pasó largos periodos de su vida en la capital balear y en ella se casó, murió y creó. Hoy en día, Palma acoge la Fundació Pilar i Joan Miró a Mallorca, un museo que cuenta con una importante colección de cerca de 6.000 obras que el artista catalán creó en sus diversos periodos en la isla y que se ubica en el mismo lugar donde estaba su taller.
La obra de Miró, así como la de otros artistas contemporáneos, puede disfrutarse también en Es Baluard, el Museo de arte moderno y contemporáneo, situado en primera línea de mar en el perímetro del baluarte de Sant Pere, que forma parte del recinto amurallado renacentista que rodeaba la ciudad de Palma hasta principios del s. XX. Es Baluard acoge de forma permanente obras de artistas de antes como Santiago Rusiñol o Joaquín Sorolla y de ahora, como Marina Abramovi?, el fotógrafo Alberto García-Alix o el mallorquín Miquel Barceló.
Las paradojas del arte contemporáneo tienen a Barceló como protagonista: y es que el artista completó en 2006 una de sus obras más destacadas en Palma en un sitio tan sorprendente como la propia Catedral que preside todas las postales de la capital de las Baleares. Barceló diseñó para el icónico edificio una pared cerámica policromada de aproximadamente 300 m2, que cubre casi la totalidad de los muros arquitectónicos, así como cinco vitrales de 12 metros de altura con tonalidades de grisalla y un conjunto de mobiliario litúrgico realizado en piedra del municipio de Binissalem.
Palma acoge también una intensa actividad en sus galerías de arte. Destaca en este sentido Art Palma, asociación conformada por 9 galerías de arte contemporáneo situadas en el centro de la ciudad que organiza regularmente exposiciones de artistas locales, nacionales e internacionales.
Otros atractivos en temporada baja
A parte de las propuestas culturales, la capital balear ofrece una serie de actividades destinadas a mostrar Palma de una manera diferente a la que se suele hacer en verano. En este sentido, destacan aquellas relacionados con el mundo del golf, disciplina en la que la Palma es una de las ciudades líder de España por la calidad y variedad de sus campos. Además, se puede pasear por el casco antiguo y contemplar algunos de los patios y palacios que conforman gran parte de la historia de la capital balear. Las fiestas de las fiestas de San Sebastián, patrón de la ciudad, que tienen lugar a mediados de enero, se convierten en una excusa perfecta para visitar Palma y conocer a la vez la variada oferta de calidad, tanto gastronómica, de compras, como de ocio que ofrece la capital los 365 días del año.
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