La 16 edición de los Grammy Latino echó ayer a andar con los premios a la Excelencia Musical, un evento íntimo organizado por la Academia Latina de la Grabación que llenó de emoción y sincero agradecimiento a artistas como Ana Belén y Víctor Manuel.
"Esto no debería ser un premio, debería ser una obligación", manifestó una emocionada Ana Belén sobre las tablas del teatro KA, en el hotel MGM de Las Vegas (Nevada, EEUU).
"Todos deberíamos perseguir la excelencia. Si es una utopía, quiero seguir buscándola. Quiero pensar que aún no la he alcanzado. Seguro que no he llegado a ella, ¡pero creo que los he engañado!", dijo entre risas la artista española.
Su marido, Víctor Manuel, señaló que recibir ese galardón para él era como "premiar a un niño por comer helado".
"Yo llevo 50 años haciéndolo y como guinda me llevo este reconocimiento maravilloso", añadió el asturiano.
Para la pareja se trata de una ocasión especial. A pesar de su dilatada trayectoria, se encuentran por primera vez en Las Vegas y no dejan de asombrarse con todos los edificios y la idiosincrasia de la "ciudad del pecado".
"Es un premio inesperado, aunque todos lo son", valoró la artista en declaraciones a Efe.
"Una no trabaja para los premios, así que cualquiera de ellos, además del de seguir trabajando, se agradece doblemente. Y nos lo dan a la excelencia. A lo mejor -apostilló- no estamos tan desencaminados en lo que hacemos".
La actriz y cantante percibe que en este reconocimiento se deposita "mucho del cariño y de las corrientes de conocimiento que hay con respecto a la comunidad iberoamericana".
Víctor Manuel, además, recordó la importancia del significado de la música, especialmente en tiempos convulsos.