Investigadores del Campus de Palencia creen que el coleóptero ‘Tomicus piniperda’, una especie de barrenillo, contribuiría a dispersar ‘Fusarium circinatum’ en las masas de pino insigne
UVA/DICYT.- Científicos del Instituto Universitario de Investigación en Gestión Forestal Sostenible (IUGFS) de la Universidad de Valladolid (UVa) y el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA), situado en el Campus de Palencia, han publicado en la revista ‘Annals of Forest Science’ una investigación en la que apuntan al insecto coleóptero ‘Tomicus piniperda’, una de las especies conocidas vulgarmente como barrenillos, como posible vector del hongo que causa el chancro resinoso de los pinos en el norte de España, ‘Fusarium circinatum’.
La enfermedad afecta actualmente a plantaciones de pino insigne (‘Pinus radiata’) y pino marítimo (‘Pinus pinaster’) en Castilla y León, Cantabria, País Vasco, Navarra, Asturias y Galicia. Su principal síntoma es la presencia de chancros con abundante resina tanto en el tronco como en las ramas que pueden provocar la muerte del árbol, por rotura del tronco o por desecación de la copa.
‘Fusarium circinatum’, su agente causante, es un hongo fitopatógeno que entra al árbol a través de heridas de origen biótico (relacionadas con la propia naturaleza), como las horadadas por los barrenillos, o de origen abiótico (ajenas a la naturaleza), como las heridas de poda, y va avanzando por los tejidos del árbol liberando enzimas fitotóxicas y micotoxinas que necrosan los tejidos.
La investigadora del IUGFS Diana Bezos trabaja desde hace cinco años, en el marco de su tesis doctoral, en el estudio de los factores que afectan a la epidemiología de ‘Fusarium circinatum’ en el norte de España, bajo la dirección de los profesores Julio Díez Casero y Mercedes Fernández.
Según detalla, “el interés en estudiar la epidemiología de este patógeno reside en la importancia que tiene tanto la distribución de esta enfermedad a lo largo del mundo como el número de árboles afectados". Son muchos los factores que facilitan la distribución del patógeno aumentando así la incidencia de la enfermedad y, entre ellos, la investigadora destaca el papel de lo barrenillos que, al alimentarse y criar bajo la corteza de los pinos o en el interior de las ramas de pinos infectados por el patógeno, dispersan las esporas del patógeno, siendo, en muchas ocasiones, capaces de inocularlo en árboles sanos.
Toma de datos y muestreo en parcelas de Cantabria
En primer lugar, los investigadores llevaron a cabo una toma de datos y un muestreo en campo en parcelas de pino insigne en Cantabria afectadas por la enfermedad. La toma de datos consistió en una observación de los síntomas de la enfermedad en estas parcelas, que resultaron tener relación con la presencia de heridas de poda en el tronco del árbol. Por otro lado, el muestreo se basó en recoger barrenillos de diferentes especies y estudiar los hongos que llevaban asociados, centrándose en el género de hongos del patógeno (‘Fusarium’).
A partir de los datos obtenidos en este muestreo inicial, el equipo científico decidió estudiar las dos especies de insectos que parecían tener un papel más relevante en la dispersión de ‘Fusarium circinatum’: ‘Tomicus piniperda’ y ‘Pityophthorus pubescens’.
“El trabajo pone de manifiesto la posibilidad de que ‘T. piniperda’ sea un vector de ‘F. circinatum’ en nuestro área de estudio. Esto indica que esta especie podría transportar el patógeno y más tarde inocularlo tanto bajo la corteza como en el interior de los ramillos de copa. En esta línea, la alimentación de maduración y la invernación son los momentos más susceptibles para la inoculación del patógeno", subraya.
Mientras, ‘Pityophthorus pubescens’ mostró una asociación débil con ‘F. circinatum’ en el área de estudio. De este modo, “el papel de ‘T. piniperda’ parece ser más importante en nuestra área de estudio que el de ‘P. pubescens’, debido a la alimentación que el primero lleva a cabo en árboles sanos", agrega.
Poda no recomendada en las plantaciones afectadas
Conocer en profundidad los factores que afectan a la epidemiología de ‘Fusarium circinatum’ tiene además implicaciones económicas, ya que la especie de pino más susceptible a esta enfermedad, ‘Pinus radiata’, es muy rentable en lo que a producción de madera se refiere, ya que tiene un crecimiento muy rápido y se caracteriza por la rectitud de sus fustes, y la presencia del patógeno en estas plantaciones provoca grandes pérdidas económicas en la industria maderera.
El estudio ha permitido comprobar que la presencia de heridas de poda aumenta el riesgo de infección por el patógeno, lo que incrementaría la presencia de chancros y de deformación en el tronco. Por ello, asegura la investigadora, “la poda no es recomendable en plantaciones afectadas por la enfermedad, ya que la deformación causada por los chancros haría los troncos inservibles en la industria maderera".
El trabajo de Diana Bezos se ha enmarcado en dos proyectos de investigación concedidos al IUGFS, uno del Ministerio de Medioambiente, Medio Rural y Marino y el INIA y otro del Ministerio de Economía y Competitividad. Asimismo, a lo largo de estos años la investigadora ha realizado una estancia en el Instituto Finlandés de Investigación Forestal (Luke), bajo la supervisión los doctores Jarkko Hantula y Eeva Vainio.
Próximos pasos
Para seguir avanzando en esta línea, la investigadora cree que sería importante estudiar otras especies de barrenillos presentes en las plantaciones de pino insigne. Asimismo, destaca el interés en profundizar en el estudio del clima. “La presencia de nieblas, la elevada humedad ambiental y la cercanía de las plantaciones a la costa son factores determinantes para distribución de la enfermedad en todo el mundo y también en nuestro país, por lo que habría que centrar esfuerzos en el estudio del clima y su relación con la enfermedad, especialmente en un escenario de cambio climático en el que tanto plagas como enfermedades pueden aumentar su distribución", recalca. Finalmente, subraya la importancia de enfocar la gestión de las masas forestales a solucionar los problemas asociados a la enfermedad.
Foto: Un ejemplar de Pinus radiata afectado por el chancro resinoso/Crédito Diana Bezos.