La ivermectina permanece activa un mes tras caer al campo en las heces, afectando a los artrópodos en sus capacidades locomotora y sensorial
UA/DICYT.- Un equipo científico multidisciplinar, formado por investigadores de las universidades españolas y francesas de Alicante, Jaén, Granada, Université de Montpellier - Université Paul-Valéry Montpellier, Museo Nacional de Ciencias Naturales-CSIC y IUCN-Centre for Mediterranean Cooperation, y liderado por José R. Verdú, investigador del Centro Iberoamericano de la Biodiversidad (CIBIO) de la Universidad de Alicante, ha analiza el efecto del fármaco ivermectina sobre las poblaciones de Scarabaeus cicatricosus, escarabajo coprófago clave en los ecosistemas mediterráneos.
El trabajo “Low doses of ivermectin cause sensory and locomotor disorders in dung beetles” aparece publicado en Scientific Reports. Esta investigación demuestra que los artrópodos que ingieren esta sustancia, incluso en dosis bajas, pierden su capacidad para interactuar con el medio porque ven alteradas sus capacidades locomotora y sensorial, dato que puede explicar el declive que vienen sufriendo las poblaciones de estas especies de escarabajos.
La ivermectina es un antiparasitario muy eficaz, usado de manera preventiva en el ganado, desde su descubrimiento en 1981. Desde entonces ha experimentado un crecimiento exponencial, hasta convertirse en un tratamiento estándar contra los parásitos, incluso en humanos. Considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un medicamento esencial, Verdú aclara que, si bien este fármaco cuenta con eficacia bastante probada, su uso preventivo causa daño.
El problema que han detectado los investigadores es que la molécula de ivermectina no se degrada cuando sale en el excremento del ganado. Los residuos permanecen activos, como mínimo, un mes más desde el momento en que cae en el campo, de forma que tiene el mismo poder letal para artrópodos que para los parásitos. Así, el equipo de Verdú señala el efecto negativo hacia el Medio Ambiente, ya que las poblaciones de escarabajos, dípteros, etcétera, van disminuyendo. El resultado es que los artrópodos adultos (escarabajos) sí se ven afectados y de manera muy notable, tanto en su movilidad, como en su orientación y capacidad reproductora.
Este resultado contradice lo que hasta ahora decían los manuales internacionales de veterinaria y pueden ayudarnos a entender el declive en las poblaciones de estas especies que varios investigadores ya detectaron hace tiempo.
Para este trabajo los investigadores han utilizado por primera vez técnicas de electroantenografía, olfatometría y sensores de fuerza capaces de ofrecer medidas de potencia muscular y aptitud sensorial de los insectos.
Las consecuencias
El estudio ha sido realizado en el Parque Nacional de Doñana, distinguiendo entre zonas con y sin ivermectina, detectando diferencia de actividad en la descomposición de estiércol en una y otra zona. Así, concluyen que existe una reducción de la actividad del 30 por ciento en aquellos lugares donde se está aplicando la ivermectina. Ello es debido a la ausencia de escarabajos peloteros, que provoca que el estiércol se acumule en el campo, con lo que el ganado pierde la calidad de los pastos porque desaparecen, provocando una pérdida irreparable de la biodiversidad de los ecosistemas mediterráneos.
Verdú asegura que la repercusión ambiental es muy grave. En cifras, las poblaciones de fauna coprófaga beneficiosa han disminuido en los últimos 20-30 años. "Si comparamos entre el suelo con escarabajos y el suelo sin escarabajos, son alrededor de 350 kilogramos de estiércol por hectárea y año los que quedan sin enterrarse en aquellas zonas afectadas por ivermectina", destaca el investigador.
Otra de las consecuencias es el nacimiento de plantas muy nitrófilas, que no sirven para pasto del ganado, en el suelo donde hay ivermectina. Se especula, además, con la posibilidad de que la ivermectina pueda pasar a la cadena trófica, afectar a otros animales como aves insectívoras, que se alimentan de escarabajos.
Foto: UA.