Plutarco lo llamaría “Vidas Paralelas “, al fin y al cabo, todos vamos paralelamente a otros, la diferencia está en que los escojamos, o nos los impongan.
Francisco Rodriguez, o Paco el de Reny Picot, como se le conoce popularmente, ingresó hace unos días, como miembro de honor del RIDEA y con motivo de esta ceremonia, nos ilustró con una de sus contundentes conferencias; asequible a toda clase social, sin desperdicio alguno.
Paco, que es un personaje singular, hacía dos días que había estado haciendo la presentación de la escultura, que con motivo del primer aniversario del fallecimiento de su amigo Rufino Roces, otro personaje singular, se inauguro en La Felguera. Aparte de pertenecer ambos a nuestra tertulia de los “Quijotes”,- quijotes sin intención de “desfacer entuertos”, solo pretendemos disfrutar de la amistad, al margen de cualquier otro interés. Paco, tiene, al margen de sus obligaciones laborales para con sus empresas, la inquietud y preocupación por la situación social y politica de nuestro país y del Principado, pero, además le preocupa, desde hace años, la “deriva europea”; le preocupa esa Europa de los “despachos”, sin contacto con la realidad social, por ello ha escrito varios libros sobre el tema, y ahora, una vez mas, nos lo trasmitió, en su magnifica conferencia del Ridea, con Grecia como centro, una visión de los riesgos que corremos, al pedir prestamos para dar créditos que difícilmente cobraremos; nos habló de la Otan y de los intereses de Alemania, Rusia, Estados Unidos, supervisados por el dragón oriental y al final una recomendación a los políticos, que cuiden el trabajo, porque sin el trabajo y la creación de riqueza, difícilmente se puede mantener el “estado de bienestar”.
Una mente tan preclara sufre contantes presiones viendo, con gran adelanto, como se derrumba nuestra sociedad, por ello, las reuniones de los quijotes, le sirven como evasiva y relax, dirigiendo sus pensamientos hacia la música, el arte y el patrimonio, y ahí es donde nos encontramos, obreros metalúrgicos, empresarios, delegados de seguros, montaneros, curas, músicos y pintores, un pequeño grupo de amigos refugiados en la amistad como lanza defensiva contra los molinos de viento convertidos en gigantes imaginarios. Lástima que los políticos se olviden del pueblo en cuanto alcanzan el poder, porque empresarios como Paco Rodriguez, nos facilitarían el camino de la recuperación. ¡ Políticos, cuiden el trabajo !.
Rufino: ya ha pasado un año,desde aquel día en que Rosa, su hija, me llama para decirme que su padre, Rufino, nos había dejado. El ausentarse de la vida terrenal, siempre es esperado, pero no por ello deja de sorprendernos al no llevarlo en la agenda como tarea cotidiana. Aunque estemos al medio del sendero, si larga se nos hace la espera, corta, muy corta la caminata por este valle de lágrimas; y no es un tópico, pero parece que siempre se van los mejores, aquellos que han transitado por la vida ligeros de equipaje en busca de la barca de Caronte para que sus almas crucen, en este caso, no la laguna de Estigia o el río Aqueronte, sino, algo mas familiar a la mitología asturiana, la barca cruza a la otra orilla por las embravecidas aguas del Nalón, que han vuelto a ser purificadas, para dar vida a las truchas y los salmones a cambio de la vida de las minas que hacían que bajasen turbias.
Son muchos los amigos que en muy pocos años han cogido la barca, se dice que porque ya habían cumplido su misión en la tierra, pero yo pienso que, con frecuencia, lo hacen, con gran dolor al dejar a sus seres queridos, pero por buscar el merecido sosiego en las praderas floridas, alejados de tanta ansiedad producida por la mediocridad mundana. Ya nos han abandonado personajes como Ramón Colado, quien había dirigido, con gran acierto, en su etapa final, los destinos de Duro Felguera y Jose Manuel Valle, el cura pixueto de Morcín, que cambió las aguas del cantábrico por las negras galerías del carbón. Conferencias de Paco; poemas de Emilio Serran;, artículos de Fernando Delgado, el mas joven la peña; canciones de Joaquín Pixan; consejos de Nicanor, párroco de Mieres; recuerdos y anecdotas de José Manuel Valle, de Ramón Colado y ahora de Rufino, perpetuados en un discreto monumento en acero inoxidable, que durante la noche se convierte en un brillante lucero de esperanza celestial, esa es mi aportación y mi pincelada. Seguiremos cabalgando y luchando contra la adversidad de los molinos de viento, convertidos en gigantes por la locura de una sociedad que, aparentemente, ha perdido el rumbo.