Oviedo (Asturias) E.P.-La economista francesa Esther Duflo, Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2015, ha señalado este jueves que las alcaldías pueden ser puestos excelentes para empoderar a las mujeres en los países en vías de desarrollo.
Según Duflo, para empoderar a las mujeres es fundamental "darles poder político" y, en concreto, en el ámbito local. "El poder a nivel local empodera mucho a corto plazo porque las mujeres invierten y gestionan de manera diferente; a medio plazo favorece la consolidación de mujeres en el poder ejecutivo porque la población las percibe como buenas líderes y las vota; y a largo plazo ofrece nuevos modelos femeninos basados en la educación", ha explicado.
Asimismo, ha hecho hincapié en la educación como motor contra la pobreza y la desigualdad de género. "La educación cambia la percepción de los hombres y ofrece posibilidades de desarrollo a las mujeres", ha apuntado, resaltando la importancia de las becas y de la participación de agentes locales en los programas de ayuda.
La co-fundadora y directora del Abdul Latif Jameel Poverty Action Lab ha participado esta tarde en un encuentro con ONG en el Edificio Histórico de la Universidad de Oviedo, dentro de los actos programados con motivo del galardón que reconoce sus "innovadoras y decisivas contribuciones a la economía del desarrollo y al estudio de las políticas contra la pobreza".
Durante la sesión, Duflo ha incidido en la importancia de evaluar los resultados de las políticas de ayuda para cambiar lo que no funciona y explorar nuevos campos de actuación para atender las necesidades reales con fórmulas innovadoras, al tiempo que ha animado a combatir las tres 'I' que afectan al sistema: Ideología, Ignorancia e Inercia.
Además, la galardonada con el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2015 ha asegurado que "lo importante no es tanto evaluar la eficacia de lo que gastan en ayudas los países del Norte, como velar por que los países en desarrollo gasten el dinero de forma que merezca la pena".
Esther Duflo, que ha advertido de la dificultad que tiene la gente para plantearse el problema de la pobreza de forma completa y el riesgo que eso supone para la colaboración, ha apostado por potenciar la transparencia en el sector de la ayuda para acercar la labor de las ONG a la sociedad y paliar la mala reputación que, a veces, tienen tanto en países ricos como en países pobres.