Cada año se descubren 600 nuevos casos gracias al programa de detección precoz del Principado, que eleva en un 27% las posibilidades de tratar el tumor en fases tempranas
La Consejería de Sanidad recomienda hábitos de prevención, como una buena alimentación, mantener un peso adecuado, evitar el consumo excesivo de alcohol y realizar ejercicio físico
El programa de detección precoz del cáncer de mama, que consiste en un estudio mamográfico bienal a mujeres de entre 50 y 69 años, ha permitido diagnosticar 600 nuevos tumores cada año en Asturias y ha elevado la tasa de supervivencia hasta un 80% a los cinco años del diagnóstico y a más del 60% a los diez años. Cada año fallecen aproximadamente 200 mujeres en Asturias debido a esta enfermedad. No obstante, los decesos tienden a disminuir gracias a las mejoras en la detección y en los tratamientos.
Coincidiendo con el Día Mundial contra el cáncer de mama, que se celebra mañana, la Consejería de Sanidad subraya la importancia de disponer de un buen plan estructurado para detectar a tiempo esta enfermedad, medir resultados e indicadores y ofrecer garantías de calidad en el diagnóstico, el tratamiento y el seguimiento de los tumores.
Además, recomienda a todas las mujeres que mantengan hábitos saludables, entre los que cita conservar un peso adecuado, evitar el consumo excesivo de alcohol, realizar ejercicio físico y alimentarse equilibradamente para prevenir este tumor, que sigue siendo la primera causa de muerte entre la población femenina. Sanidad también insiste en que las mujeres con antecedentes de cáncer en su familia deben comunicarlo a su médico para que, ante cualquier sospecha, su historial sea derivado a la unidad de cáncer familiar del Servicio de Salud del Principado (Sespa).
El programa de detección temprana empezó a aplicarse en el Hospital Monte Naranco en 1991 y se generalizó a toda la población en el año 2000. El programa es sometido a evoluciones periódicas de acuerdo a las directrices de las guías europeas de calidad.
Desde entonces, el número de casos en Asturias se ha mantenido estable, mientras que la mortalidad descendió un 17% entre 1994 y 2006, en la población general, y un 25% en las mujeres menores de 65 años. Esta tendencia es lineal en todo el periodo estudiado, por lo que no es posible asociarla al efecto del cribado exclusivamente, sino también a la mejora de la atención sanitaria a las mujeres con cáncer de mama.
Los cambios que se han producido en las últimas décadas en el patrón reproductivo de las mujeres, con un retraso en la edad del primer embarazo y una disminución del número de hijos, pueden justificar estas cifras. La lactancia materna es uno de los factores de protección frente al cáncer de mama, según los expertos.
Unas 65.000 asturianas entre 50 y 69 años reciben todos los años una notificación de la administración sanitaria para que se sometan voluntariamente a una mamografía. La inmensa mayoría, entre 55.000 y 60.000, se hace la prueba. Por cada mil mujeres cribadas se producen tres casos positivos de la enfermedad.
Los estudios también revelan que participar en el programa eleva un 27% las probabilidades de que el tumor sea detectado en fases más tempranas y no tenga afectación ganglionar en el momento del diagnóstico. Entre un 60 y un 70% de los tumores se detecta en fases tempranas.