Los ocho instrumentos que se encendieron progresivamente a fin de agosto del observatorio ambiental en que se convirtió el satélite SAC- D/Aquarius, lanzado el 10 de junio desde la plataforma de la NASA en California, empezaron a suministrar pruebas de salinidad de la superficie de los océanos.
Las primeras observaciones espaciales de la NASA en torno de la concentración de sal en la superficie del océano, una variable clave en los estudios satelitales de la Tierra surgirán de los datos que aporta el SAC- D/Aquarius.
Las variaciones en la salinidad tienen influencia en la circulación profunda del océano y afectan el contorno de la toma de agua dulce, cuyo camino alrededor del planeta ayuda a conducir el clima de la Tierra.
Ante una comitiva de la Agencia Espacial Estadounidense (NASA) y de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), desde el Centro Teófilo Tabanera, en Falda del Carmen, Córdoba, el instrumento Aquarius desplegó con éxito desde el mes pasado y comenzó a “abrir sus ojos de forma progresiva, para iniciar su misión de observar el océano, el clima y el medioambiente”, se señaló en un comunicado.
Desde ahí se realizan los comandos para operar el satélite y la recepción de datos de temperatura, voltaje y corriente generada por los paneles solares, entre otros parámetros.
“El primero en despertar fue el instrumento Aquiarius de la NASA, luego siguió el turno de los instrumentos argentinos (el radiómetro de microondas y las cámaras) y los dos instrumentos europeos (de Italia y de Francia)”, se agregó.
Desarrollado en los Estados Unidos, Aquarius -un radiómetro y escaterómetro integrados- servirá para medir la salinidad de los océanos y la humedad del suelo.
El brazo extensor tiene alrededor de un metro y medio y pesa unos 20 kilos. En el extremo se encuentra el reflector que recibe la información.
La CONAE provee la nave espacial SAC-D, una cámara óptica, una cámara térmica junto con Canadá, un radiómetro de microondas, sensores de otros y aporta el centro de operaciones de la misión. Francia e Italia también contribuyen con instrumentos.
El principal socio de Argentina es la Nasa, de EE.UU., quien entregó el instrumento Aquarius, el primero en su tipo que medirá la salinidad de los océanos, un dato clave para tener más precisiones sobre lo que está sucediendo con el calentamiento global. El satélite pesa 1.400 kilos y mide 2,7 por 7 metros.
Las variaciones en la salinidad tienen influencia en la circulación profunda del océano y afectan el contorno de la toma de agua dulce, cuyo camino alrededor del planeta ayuda a conducir el clima de la Tierra.
Ante una comitiva de la Agencia Espacial Estadounidense (NASA) y de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), desde el Centro Teófilo Tabanera, en Falda del Carmen, Córdoba, el instrumento Aquarius desplegó con éxito desde el mes pasado y comenzó a “abrir sus ojos de forma progresiva, para iniciar su misión de observar el océano, el clima y el medioambiente”, se señaló en un comunicado.
Desde ahí se realizan los comandos para operar el satélite y la recepción de datos de temperatura, voltaje y corriente generada por los paneles solares, entre otros parámetros.
“El primero en despertar fue el instrumento Aquiarius de la NASA, luego siguió el turno de los instrumentos argentinos (el radiómetro de microondas y las cámaras) y los dos instrumentos europeos (de Italia y de Francia)”, se agregó.
Desarrollado en los Estados Unidos, Aquarius -un radiómetro y escaterómetro integrados- servirá para medir la salinidad de los océanos y la humedad del suelo.
El brazo extensor tiene alrededor de un metro y medio y pesa unos 20 kilos. En el extremo se encuentra el reflector que recibe la información.
La CONAE provee la nave espacial SAC-D, una cámara óptica, una cámara térmica junto con Canadá, un radiómetro de microondas, sensores de otros y aporta el centro de operaciones de la misión. Francia e Italia también contribuyen con instrumentos.
El principal socio de Argentina es la Nasa, de EE.UU., quien entregó el instrumento Aquarius, el primero en su tipo que medirá la salinidad de los océanos, un dato clave para tener más precisiones sobre lo que está sucediendo con el calentamiento global. El satélite pesa 1.400 kilos y mide 2,7 por 7 metros.
Centro Espacial Teófilo Tabanera
Completamente desplegado y operativo en “modo ciencia”, el satélite dispara los datos recabados en las 14 vueltas por día que da alrededor de la Tierra, de norte a sur, a 28 mil kilómetros por hora, con lo que pasa cada siete días por el mismo punto a 657 kilómetros de altura.En Falda del Carmen, Córdoba, 15 grupos de trabajo del Centro Espacial Teófilo Tabanera de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) se encuentran abocados en el análisis de las primeras imágenes que provienen de la cámara de alta sensibilidad, según indicó la investigadora principal del SAC-D, Sandra Torrusio.
Señaló que los primeros resultados científicos se obtendrán en las primeras pruebas de los instrumentos, pero aclaró: “Llevará meses tenerlos con la calidad y precisión necesarias para los estudios científicos”.
La información obtenida “será entrecruzada y compartida por varios países, aportando claridad en cuestiones científicas que son fundamentales para mejorar nuestros datos de ciencia”, añadió.
En ese aspecto, 20 grupos más de otros países, como EE.UU., Canadá, Francia e Italia, están pendientes de los datos recibidos, como lo estuvieron de la temperatura, voltaje y corriente generada por los paneles solares, entre otros parámetros, al momento de efectuarse las maniobras de ajuste de órbita, tendientes a alcanzar la posición y altura final.
"Esto marca el final de la larga odisea para diseñar, construir y poner en marcha esta misión, y el inicio de un nuevo viaje de exploración científica", dijo el principal investigador de Acuario Gary Lagerloef de la Tierra y el Espacio de Investigación, de Seattle.
"Los científicos de todo el mundo están listos para estudiar esta medida importante para el nuevo satélite de investigación oceánica y el clima", enfatizaron.