El Castillón aporta datos sobre la alimentación del siglo V

El Castillón aporta datos sobre la alimentación del siglo V

En la campaña de la excavaciones arqueológicas en el yacimiento de Santa Eulalia de Tábara (Zamora), participaron voluntarios de la Universidad de Oviedo

 

José Pichel Andrés/DICYT La VIII Campaña de Excavaciones Arqueológicas en el castro tardoantiguo de El Castillón, que tuvo lugar durante el pasado mes de agosto en Santa Eulalia de Tábara (Zamora), ha revelado nuevos datos sobre la alimentación de los pobladores de las orillas del río Esla en el siglo V d. C. Gracias al extraordinario descubrimiento de semillas de cereales depositadas en el interior de diferentes estructuras de almacenamiento elaboradas con pizarras, así como en piezas de cerámica, los arqueólogos saben un poco más sobre el modo de vida y el sustento de los habitantes de este poblado hace más de 1.500 años.

 

El hallazgo de una gran cantidad de semillas en buen estado es “casi único en este periodo” comenta a DiCYT Jose Carlos Sastre, codirector de la excavación y arqueólogo de la asociación Zamora Protohistórica, que lleva a cabo los trabajos. Las excavaciones de esta campaña se han centrado en una vivienda situada en la zona oeste del poblado. Esta amplia estructura está compuesta por cinco habitaciones, data de finales del siglo V d. C. y sufrió un incendio que la destruyó, aunque el lugar volvió a ser ocupado nuevamente a lo largo del siglo VI.


Precisamente, el incendio explica que se hayan podido conservar las semillas de avena, cebada y trigo carbonizadas. Algunas de ellas estaban en el interior de vasijas de cerámica que han podido rescatarse de una sola pieza, un hecho también extraordinario en las excavaciones de este periodo que también se explica por el incendio.


“Hasta ahora ya conocíamos parte de la alimentación de los habitantes de El Castillón por los restos de fauna que hemos ido encontrando, pero ahora completamos esta información con los cereales, que utilizarían para elaborar pan y quizá otros productos como la cerveza”, señala Jose Carlos Sastre.

 

Entre los animales, se encuentran ovicápridos, ganado vacuno, équidos, roedores, gallinas, ciervos y pescados procedentes del río Esla. Todo ello ofrece una idea más completa de la dieta de los pobladores de la zona tras el periodo romano. Además, en esta campaña de 2015 han aparecido dos garras de oso, otro hecho singular que puede indicar dos cosas. “Es posible que se cazaran estos animales, pero es más probable que se comerciase con este tipo de elementos de prestigio”.

 

Análisis que explicarán cómo era el paisaje

 

El incendio que acabó con el asentamiento del siglo V también carbonizó vigas de la techumbre de la vivienda. El análisis de sus restos ofrecerá información clave sobre el paisaje de la época, puesto que revelará el tipo de árboles que existían en la zona hace 15 siglos. Es lo que se conoce como antracología y no será el único trabajo de laboratorio derivado de los hallazgos de esta campaña de excavaciones de El Castillón, puesto que también se analizarán las semillas (carpología) para certificar qué tipo de cereales cultivaban los habitantes del castro, así como otros elementos relacionados con la metalurgia.


En esta campaña de excavaciones participaron un total de 42 voluntarios procedentes de las Universidades de Salamanca, León, Valladolid, Burgos, Santiago de Compostela, Asturias, Granada, Jaén, Extremadura, Complutense de Madrid, Autónoma de Madrid, Sevilla, La Sorbona de Paris (Francia), Texas (Estados Unidos), Coimbra (Portugal) y Atenas (Grecia).


Además de los trabajos de excavación, durante la campaña Zamora Protohistórica llevó a cabo diferentes actividades de difusión y divulgación de los trabajos arqueológicos, como una ruta cicloturista desde Santa Eulalia de Tábara hasta El Castillón, los V Talleres de Arqueología Infantil, una semana de puertas abiertas al yacimiento y una visita guiada.

 

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